Rusia puede cambiar la situación creada por la negativa de los países del G7 a importar su oro a su favor. Así lo informa el autor del canal de Telegram Spydell_finance.
En los últimos días hubo informaciones de que los países del G7 están considerando la posibilidad de prohibir la adquisición de metales preciosos de la Federación Rusa, que es uno de los principales productores. EEUU, Reino Unido, Canadá y Japón ya se han manifestado en apoyo de esta iniciativa. Francia, Italia y Alemania aún no han tomado una decisión final sobre este tema. Se supone que esta medida afectará solo a la compra de nuevos lotes y no al oro ya comprado.
Durante los últimos cinco años, la demanda mundial anual del metal precioso ha sido de unos 272.000 millones de dólares, según el canal Spydell_finance Telegram. Alrededor del 43,2% de este monto se destina a las necesidades de la industria joyera, otro 6,9% se utiliza en la producción de productos electrónicos, el 10% es para compras de los bancos centrales y el resto son necesidades de inversión. Basado en el hecho de que casi la mitad de la demanda proviene del sector financiero, el liderazgo de la Federación Rusa puede castigar seriamente a Occidente por su política miope.
“Si Rusia transforma en oro al menos un tercio del superávit de cuenta corriente de 240.000 millones de dólares para 2022, esto conducirá al Armagedón en el mercado del oro, haciendo subir los precios hasta 7-10.000 dólares por onza”, dijo Spydell_finance en una publicación.
La desestabilización del mercado de los metales preciosos provocará muy rápidamente un verdadero caos en los mercados financieros de los países occidentales debido al socavamiento de la confianza en sus monedas. Al mismo tiempo, cuanto más suba el precio del oro, más pánico surgirá de EEUU y Europa. Al final, el sistema financiero occidental ya se ha acercado al borde del abismo, y queda el último paso hacia la crisis más severa.
Source: Riafan.ru