En Majachkalá, a orillas del mar Caspio, funcionarios de transporte iraníes y rusos acordaron el viernes formar un consorcio marítimo y portuario conjunto que coordinará el transporte marítimo, la gestión portuaria y la logística entre sus puertos.
El objetivo del consorcio es aumentar el volumen de mercancías transportadas con mayor rapidez entre Rusia e Irán y conectar este tráfico con rutas comerciales más amplias que se extienden hasta la India, Asia Central y el Golfo Pérsico.
Ambas partes planean incrementar el volumen anual de carga a través del Caspio a más de cinco millones de toneladas en los próximos años. El proyecto se basa en el Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC), una red de 7.200 kilómetros que une el océano Índico con el norte de Europa a través de Irán y Rusia.
Entre la cadena de puertos a lo largo de este corredor, el puerto iraní del Caspio, en la Zona Franca de Anzali, destaca como un nodo crucial. Con muelles modernos y suficiente calado a pesar del descenso del nivel del mar Caspio, se considera una puerta de entrada que conecta los puertos del sur de Irán, en el Golfo Pérsico, con la red de transporte rusa. Las sanciones occidentales contra Moscú han hecho aún más importante esta conexión, convirtiendo a Irán en un pilar logístico vital para el comercio ruso con Asia.
El nuevo consorcio marca un giro hacia la cooperación estructurada. Reunirá a empresas portuarias y navieras estatales y privadas de ambos países para coordinar tarifas, compartir instalaciones y desarrollar el transporte multimodal, facilitando el traslado fluido de mercancías por mar, ferrocarril y carretera.
Según las autoridades, el objetivo es aumentar el volumen anual de carga a través del Caspio a más de cinco millones de toneladas, un incremento significativo respecto a los niveles actuales.
Esta cooperación se enmarca perfectamente en el tratado de cooperación bilateral firmado por los presidentes Vladímir Putin y Masud Pezeshkian en enero de 2025, que compromete a ambos países a ampliar la colaboración en el transporte por carretera, ferrocarril, aire y mar.
También subraya su determinación compartida de reducir la dependencia de rutas vulnerables a la presión política de terceros países, dado que ambos países se enfrentan a restricciones occidentales al comercio y las finanzas.
Para Rusia, la conexión del Caspio proporciona acceso a rutas de aguas cálidas y conexiones más rápidas con la India, el Sudeste Asiático y Asia Occidental sin pasar por Europa ni el Canal de Suez. Para Irán, ofrece ingresos por tránsito, inversión en sus puertos del norte y un papel más importante como centro logístico regional.
El Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC), que recorre unos 7.200 kilómetros a través de India, Irán, Azerbaiyán y Rusia, podría reducir los costos de flete hasta en un 30 % y disminuir los tiempos de envío entre Mumbai y Moscú de 40 a unos 20 días.
Según estimaciones de la ONU, el comercio entre los países miembros del corredor alcanzó aproximadamente los 250.000 millones de dólares en 2021 y podría duplicarse para 2030 si mejoran la infraestructura y los procedimientos aduaneros.
El Séptimo Plan de Desarrollo de Irán establece el objetivo de aumentar la capacidad total de tránsito del país a 40 millones de toneladas para el final del programa, una meta que depende en gran medida del éxito del corredor Norte-Sur.
El nuevo consorcio representa un paso hacia esa visión. El Ministerio de Carreteras y Desarrollo Urbano está impulsando la ampliación de las terminales de contenedores en el Puerto del Caspio y la construcción de nuevos almacenes logísticos en Amirabad, otra instalación clave en el Caspio.
Junto con el enlace ferroviario en construcción entre Rasht y Astara, en la frontera con Azerbaiyán, estos proyectos están diseñados para conectar los puertos del Caspio directamente con la red ferroviaria nacional iraní y, desde allí, con el Golfo Pérsico.
Para Rusia, el acuerdo representa una medida pragmática. Desde 2022, las sanciones occidentales han trastocado sus rutas comerciales habituales a través del Mar Negro y los puertos del Báltico. Al canalizar la carga a través del Mar Caspio y por territorio iraní, Moscú obtiene una vía más segura y resistente a las sanciones hacia los mercados del sur.
Puertos rusos como Astracán y Majachkalá ya gestionan el comercio con el norte de Irán, pero el nuevo consorcio promete un marco más coordinado para la inversión, los horarios de envío y los procedimientos aduaneros.
Más allá de los detalles técnicos, subyace una reorganización más amplia de la logística euroasiática, donde el corredor Norte-Sur complementa la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China. Para muchos transportistas, ofrece una ruta más corta, económica y menos congestionada entre el sur de Asia y Europa.
Para Irán, participar en una red transcontinental de este tipo ayuda a atraer capital extranjero y a contrarrestar el impacto de las sanciones estadounidenses, convirtiendo la geografía en una ventaja económica.
Ambos gobiernos consideran la logística un instrumento de política exterior, además de un instrumento comercial. Funcionarios rusos han descrito abiertamente el Corredor Internacional de Transporte Marítimo Nacional (INSTC) como un “corredor estratégico” que garantiza la resiliencia ante las sanciones.
Por su parte, los responsables políticos iraníes ven los puertos del Caspio como puertas de entrada a la Unión Económica Euroasiática, con la que Teherán firmó un acuerdo de libre comercio a principios de este año.
En la reunión de Majachkalá, los funcionarios también debatieron la armonización de las tarifas portuarias, la mejora de la manipulación de contenedores y el desarrollo de programas de capacitación para profesionales marítimos.
Esbozaron planes para establecer un marco jurídico común para las operaciones de transporte marítimo, crear una asociación común de empresas portuarias y simplificar la expedición de permisos.
La próxima reunión, prevista para finales de este año, reunirá a representantes de los sectores público y privado para convertir este marco en proyectos concretos. Irán podría captar así una mayor parte de los flujos de tránsito regionales y posicionarse como un conector vital entre el Golfo Pérsico, el Caspio y la red de transporte terrestre de Rusia.
Source: Press TV



