Imágenes satelitales recientemente publicadas han revelado que el régimen israelí, el único poseedor de armas nucleares en Oriente Medio, está llevando a cabo actividades de construcción “significativas” en la muy secreta instalación nuclear de Dimona, en el desierto del Neguev.
Citando imágenes de satélite comerciales de la instalación, el Panel Internacional sobre Material Fissile (IPFM), un grupo de expertos nucleares independientes de 17 países, informó el jueves que se habían realizado “nuevas construcciones importantes” en el complejo de Dimona.
El sitio de construcción se encuentra “en las inmediaciones de los edificios que albergan el reactor nuclear y la planta de reprocesamiento”, según el informe.
El sitio web del IPFM dijo que la construcción se había “expandido y parece estar activamente en marcha con varios vehículos de construcción presentes”, y agregó, sin embargo, que se desconocía el propósito.
No estaba claro cuándo comenzaron los trabajos de construcción, pero Pavel Podvig, investigador del programa de ciencia y seguridad global de la Universidad de Princeton, dijo a The Guardian que el proyecto aparentemente se había lanzado a fines de 2018 y 2019.
“Pero eso es todo lo que podemos decir en este momento”, agregó.
“Israel” ha retenido estrictamente información sobre su programa de armas nucleares, pero se estima que el régimen mantiene al menos 90 ojivas nucleares en su arsenal, según la organización Federation of American Scientists (FAS).
Las ojivas, dijo el FAS, se han producido a partir de plutonio obtenido en el reactor de agua pesada de la instalación de Dimona.
Dimona, que se cree que es clave para el programa de fabricación de armas nucleares de “Israel”, se construyó con ayuda encubierta del gobierno francés y se activó en algún momento entre 1962 y 1964, según los informes.
“Israel” ha reconocido la existencia del reactor nuclear de Dimona, pero no confirma ni niega el propósito de la instalación, que se supone que es la fabricación de armas nucleares.
Mientras tanto, los ambientalistas han advertido que Dimona, una de las instalaciones nucleares más antiguas del mundo, podría representar enormes riesgos medioambientales y de seguridad para quienes viven en el área y para todo el Oriente Medio y ha pedido al régimen que cierre el complejo.
Haciendo oídos sordos a los llamamientos internacionales a la transparencia nuclear, el régimen israelí se ha negado hasta ahora, con el apoyo invariable de EEUU, a adherirse al Tratado de No Proliferación (TNP), que tiene como objetivo impedir la propagación de las armas nucleares.
Source: Diversas