Los medios de comunicación chinos siguen con extrema sensibilidad las evoluciones de los combates en Idleb y con razón: unos 18.000 terroristas de origen chino, concretamente de la minoría uigur, y vinculados al Partido Islámico del Turquestán (afiliado a la red Al Qaida), participan en estas luchas como mercenarios del Ejército turco, y se encuentran entre los terroristas más duros y combativos. Con base en la aldea de Zanbaki, en la frontera con Turquía, estos terroristas se niegan categóricamente a regresar a China. Así pues, estos militantes uigures están en Siria para quedarse o para morir.
Desde 2011, se han beneficiado del apoyo de los servicios secretos turcos y estadounidenses, y desde que se lanzó la ofensiva del Ejército sirio en Hama en abril han sido ellos a los que el Ejército turco ha llamado siempre que la situación empeoraba para los grupos terroristas. Los mayores ataques con drones contra la base rusa de Hamaimim, en Latakia, han sido también llevados a cabo por ellos.
Según algunas fuentes, su estatus fue el principal obstáculo en las conversaciones de Astaná y Turquía se negó categóricamente a aceptarlos en su territorio.
Según fuentes cercanas al Ejército sirio, el Ejército turco ha decidido dividirlos en varias brigadas de terroristas suicidas. Al menos 300 de ellos operan en localidades del norte de Hama, especialmente en los ejes de Al Lataminah, Kafr Zita y Zaka. Estos terroristas fueron transferidos desde Yisr al Shugur, en el sudoeste de Idleb, y se unieron a la milicia del grupo Yaish al Izza.
Estos 300 terroristas tienen la misión especial de llevar a cabo operaciones suicidas contra las posiciones del Ejército sirio, ya sea conduciendo un coche bomba o lanzándose ellos mismos contra las posiciones de las tropas sirias.
El 6 de junio, la agencia de noticias PIT, conocida también como Islam Awazi, publicó fotos que mostraban a militantes uigures que bombardeando las posiciones del Ejército sirio en el noroeste de Hama con armas de fabricación turca HY-12. Ankara continúa armando y entrenando a estos ciudadanos chinos, lo cual no podía dejar a China indiferente.
Aunque Turquía busca acercarse económicamente a China para resolver su crisis económica, denunció públicamente la “represión contra los uigures” en Xinjiang en febrero mediante la organización de protestas anti-chinas. China respondió muy bruscamente.
Todo parece indicar que, una vez que el Daesh ha prácticamente desaparecido en Iraq y Siria, Ankara ha asumido la dirección de las acciones de los terroristas en Siria y las operaciones secretas contra China, esta vez en Xinjiang, la provincia oriental china que cuenta con una mayoría musulmana y que posee una importante participación en el mega proyecto estratégico chino de la Nueva Ruta de la Seda. En las conversaciones entre el presidente ruso y chino la semana pasada en Moscú, la pregunta fue principalmente esta: los ataques rusos contra los terroristas en Idleb, Hama y Latakia continuarán. Pero, ¿puede China seguir permanentemente apartada de los combates en Idleb?
Source: Agencias