El ex jefe adjunto del Estado Mayor, Yair Golan, ha amenazado con que ni él ni sus camaradas servirán en el ejército a menos que los haredim sean reclutados.
La negativa de estos judíos ortodoxos a servir en el ejército israelí está causando serias divisiones dentro del establecimiento militar israelí, e incluso dentro de la sociedad israelí.
Una disputa que se suma a la de las reformas judiciales que el primer ministro Benjamin Netanyahu está trabajando para introducir y que han levantado un movimiento de protesta a gran escala. Según el ex jefe del Mossad, Tamir Pardo, “la mayor amenaza para “Israel” es la división interna”.
“Debe quedarles claro que los reservistas simplemente no vendrán”, advirtió Golan.
Y agregó: “Un gobierno que me envía a jugarme la vida debe tener un compromisos conmigo. Si el gobierno se lava las manos de sus obligaciones con sus ciudadanos y me priva como ciudadano de las libertades básicas, no hay razón para que yo le sirva”.
Según Golan, la cuestión del servicio militar obligatorio no debe quedar fuera. Continuó: “Hasta que cambie su política, no le atenderemos. Olvídelo. El ejército, especialmente el ejército de reserva, está en medio de un debate. No debe de haber duda ni para Smotrich (Bezalel, Ministro de Economía), ni para Ben Gvir (Itamar, Ministro de Seguridad), ni para Netanyahu que si esta tendencia continúa, verán a los padres acudir a las oficinas de reclutamiento diciendo: No os daremos a nuestros hijos.”
Tras estas declaraciones, el director general del partido Sionismo Religioso, Yehuda Field, solicitó al asesor jurídico del Gobierno, Gali Behrav Mayara, que abriera una investigación judicial contra Golan.
En su carta, Field dijo que se trataba de una grave violación de la ley: “El Código Penal especifica que cualquiera que incite o induzca a una persona obligada a servir en las fuerzas armadas a abstenerse de servir o a no participar en la acción militar será condenado a cinco años de prisión.”
Agregó: “Quien incite o induzca a una persona que presta servicio en una fuerza armada a abandonar del servicio o acción militar, o le ayude a hacerlo, podrá ser sancionado hasta con siete años de prisión.”
Y continuó: “A quien cometa el delito de incitación a evadir el servicio durante un período en que se desarrollen operaciones militares hostiles desde o contra “Israel”, su pena será de 15 años de prisión.”
El periódico Israel Hayom comentó sobre la ley de reclutamiento, diciendo: “No es justo ni lógico que un judío esté obligado a realizar el servicio militar, mientras que otro judío está exento de él solo porque nació en una corriente específica.”
Los partidos del movimiento Haredi disfrutan de una gran influencia y una gran base de seguidores entre los colonos. Reciben enormes presupuestos y, a cambio, no trabajan ni sirven en el ejército de ocupación, y los laicos los ven como una carga para la sociedad.
Todo joven que se matricula en institutos religiosos recibe un salario mensual de 4.000 shekels (1.140 dólares) a lo largo de sus estudios, que pueden durar hasta 3 años, tras los cuales se le suprime el servicio militar obligatorio.
Según datos de la Oficina Central de Estadísticas de la entidad de ocupación, para los años 2018-2019 el número de judíos religiosos en “Israel” llegó a 1.250.000 y la mayor proporción de ellos reside en la Al-Quds ocupada, el 36%.
Los haredim representan el 13,6% de la población judía de Israel y su número se duplica cada 10 años debido a la mayor tasa de nacimientos en este sector. Esta proporción podría superar el 20 % en 2028 y el 34% en 2059.
El diario de negocios “Globes” reveló que Netanyahu había acordado que el próximo gobierno otorgaría 100.000 shekels (unos 30.000 dólares) a cada familia ultraortodoxa que desee comprar un apartamento.
Source: Medios israelíes