Una nueva encuesta de opinión muestra que el apoyo al primer ministro israelí y al partido derechista Likud de Benyamin Netanyahu se ha desplomado a un nivel no visto en 17 años. Según la encuesta, el Likud perdería más de un tercio de sus escaños parlamentarios si se celebraran elecciones ahora.
La encuesta del Canal 13, publicada el lunes, indicó que el partido Likud obtendría 20 escaños en el parlamento de 120 miembros del régimen, por debajo de los 32 escaños que ganó en noviembre pasado, y su coalición no lograría obtener la mayoría, consiguiendo solo 46 escaños, muy por debajo de los 61 necesarios para gobernar.
Según la encuesta, el partido Unión Nacional de centro-derecha del ex ministro de asuntos militares, Benny Gantz, se convertiría en el más grande de la Knesset, con 29 escaños, más del doble de los 12 que tiene actualmente.
El partido centrista Yesh Atid del líder de la oposición Yair Lapid recibiría 21 escaños, cayendo de los 24 que controla actualmente, lo que empujaría al Likud a convertirse en el tercer partido más grande en la Knesset.
La lista combinada de sionismo religioso y Otzma Yehudit caería de 14 a 11 escaños, predice la encuesta, y el izquierdista Meretz permanecería por debajo del umbral electoral y fuera de la Knesset, mientras que el nacionalista palestino Balad, que no llegó a la Knesset actual, recibiría 4 escaños.
Cuando se les preguntó qué pensaban del desempeño de Netanyahu en el cargo, el 71 por ciento de los encuestados dijo que no estaba haciendo un buen trabajo, en comparación con solo el 20 por ciento que lo veía favorablemente.
Solo el 25% de los encuestados dijo que quería que el gobierno actual de Netanyahu permaneciera en el cargo, mientras que el 33% dijo que le gustaría ir a otras elecciones y otro 33% dijo que creía que Netanyahu y Gantz deberían formar un gabinete de unidad.
La encuesta incluyó a 699 encuestados: 599 judíos y 100 no judíos con un margen de error del 3,7%, según el Canal 13.
Los resultados de la encuesta se producen en medio de una controvertida reforma judicial, que ahora ha sido suspendida por la administración de extrema derecha de Netanyahu, pero reduciría la autoridad del Tribunal Supremo y otorgaría a los políticos mayores poderes sobre la selección de jueces, en medio además de un aumento de las tensiones con los palestinos por las incursiones violentas en el recinto de la Mezquita de al-Aqsa durante el sagrado mes de ayuno musulmán del Ramadán.
La lucha por las llamadas reformas judiciales ilustra la profunda división en la sociedad israelí entre los partidarios de la actual administración derechista, que dicen que los cambios judiciales son necesarios, y el creciente número de colonos que se oponen al plan de Netanyahu, argumentando que las medidas debilitarán la independencia del poder judicial del régimen.
Source: Press TV (traducido por el sitio de Al Manar en español)