El presidente venezolano, Nicolás Maduro, declaró en su programa semanal de televisión que “la causa palestina es la causa más sagrada de la humanidad”, proponiendo “enviar equipos de constructores, agricultores y médicos a Gaza para ayudar y acompañar a la población”.
Expresó su esperanza de que este no fuera “un acuerdo más” y cuestionó la posibilidad de justicia por el genocidio israelí perpetrado contra el territorio asediado.
Maduro enfatizó la necesidad de que EEUU, Egipto, Turquía y Qatar “garanticen la implementación de los próximos pasos”, incluyendo la reconstrucción de Gaza, la garantía de Cisjordania y Jerusalén como capital del Estado palestino, y el reconocimiento internacional de un Estado palestino y un gobierno electo, que conduzcan a “un estado de coexistencia y paz” en la región.
Afirmó además que cualquier acuerdo sin justicia “no sería más que una paz en ruinas”, citando los 67.000 palestinos muertos por misiles israelíes-estadounidenses, incluidos más de 25.000 niños.
El presidente venezolano destacó el cambio en la opinión pública estadounidense a favor de los palestinos, citando encuestas que muestran que “el 60% de los estadounidenses apoya la causa palestina y describe lo que está sucediendo en Gaza como un genocidio”.
En este contexto, instó a la continuación de las movilizaciones populares internacionales para garantizar la justicia y el derecho del pueblo palestino a su territorio y a la independencia.
El ataque estadounidense a Venezuela: una guerra psicológica para perjudicar la economía
En cuanto a las violaciones estadounidenses de la soberanía su país, Maduro explicó que su objetivo, durante los meses de agosto, septiembre y parte de octubre, fue librar una guerra psicológica y utilizar amenazas militares para perjudicar la economía.
Recalcó que Venezuela había logrado contener los “daños colaterales” buscados por los “extremistas fascistas” e imponer una nueva política económica, preservando la capacidad de trabajar, producir y crear empleo.
En respuesta a las acusaciones de narcotráfico y las amenazas militares de EEUU, Maduro declaró: “Venezuela no es un país de drogas ni de narcotraficantes”, acusando a EEUU de inventar cargos graves.
Source: Diversas