Irán lleva a cabo la fabricación de misiles convencionales por una simple y buena razón: la de defenderse en una región donde la seguridad y la paz están constantemente bajo la amenaza de algunas potencias extranjeras, que realizan injerencias e intervenciones y alimentan los golpes de estado en países soberanos.
Tras haber creado un arsenal balístico poderoso, Irán trabaja ahora en la precisión de sus misiles, como ha señalado el almirante Shamjani, secretario del Consejo Supremo de Defensa Nacional. Es gracias a sistemas como el GPS, el GLONASS ruso y el Beidu, que la precisión de los misiles balísticos, los misiles de crucero o incluso de las bombas guiadas se ha desarrollado.
Cerca de Irán, Pakistán e India se encuentran en los países más avanzados del mundo en el terreno balístico. India se beneficia de sistemas de navegación y posicionamiento por satélite, y los pakistaníes, por su parte, tienen acceso al sistema chino Beidu. Rusia y EEUU tienen igualmente sus propios sistemas de navegación y posicionamiento para hacer más precisos sus misiles.
Los misiles fabricados por Irán poseen ojivas convencionales y su misión se resume en unas pocas palabras: proteger a Irán en una región tumultuosa. Las acusaciones occidentales contra el programa balístico de Irán no han podido evitar sus progresos.
En 2015, Uzi Rubin, ingeniero y experto israelí afirmó: “En mi opinión, los iraníes puede colocar aletas en sus misiles balísticos para aumentar su precisión. Es así como Irán podrá tener misiles de alta precisión con un alcance de 2.000 km. En este caso, Irán no necesita armas nucleares. Ellos pueden paralizar Israel con misiles de alta precisión y un alcance de 2.000 km. Si toman como blanco las ciudades centrales, pueden paralizar el país sin necesidad de armas nucleares”.
La apuesta iraní para que sus misiles sean aún más precisos es simple: aprender del pasado, pero no del pasado de Oriente Medio, sino del euro-americano. En el momento culminante de la Guerra Fría (década de 1980), los lados este y oeste negociaron el Tratado de Fuerzas Nucleares de Medio Alcance (el mismo que EEUU está violando ahora). Los misiles balísticos estadounidenses Pershing atrajeron entonces toda la atención. La característica más interesante de los misiles Pershing fue su mínimo margen de error, a pesar de que no tenían un sistema de navegación y posicionamiento por satélite. De hecho, las aletas que poseían los misiles Pershing les ayudaron a alcanzar sus objetivos con una precisión notable. Y son estas aletas las que se han colocado desde hace algunos años en los misiles iraníes.
El sábado pasado, el secretario general de Hezbolá dijo en una entrevista con Al Mayadin que el juego había cambiado en la región y que el eje de la Resistencia tenía misiles de alta precisión. Este comentario, ampliamente comentado por la prensa israelí, también se relacionó con otra declaración, esta vez dl ministro de Defensa iraní, el general Hatami: “Uno de nuestros misiles de largo alcance que hizo reaccionar a los estadounidenses es un misil que posee un alcance de 2.000 kilómetros. Este ingenio se probó con éxito y alcanzó un área de 900 m² que se estableció como objetivo. La precisión de nuestros misiles es un factor en el que nuestra industria trabaja con diligencia, de modo que incluso nuestros misiles de largo alcance son de “alta precisión”.
Uzi Rubin parece reconocerlo: “Nadie sabe aún cómo las Fuerzas Armadas de Irán lograron aumentar la precisión de sus misiles sin siquiera utilizar sistemas de posicionamiento y navegación por satélite. Aunque el método no ha sido anunciado oficialmente, podemos pensar en un método similar al del Pershing norteamericano. Los radares de alerta, los sistemas de topografía y los girómetros de fibra óptica se han combinado para equipar a los misiles iraníes con una precisión sin precedentes”.
¿Y forma el sistema Pershing ahora parte del arsenal de Hezbolá? Una cosa es cierta: el secretario general de Hezbolá, que el sábado advirtió a los colonos que nunca habla sin fundamento. Su advertencia ha dividido ampliamente a Israel: aquellos colonos que creen en Netanyahu y esa otra franja de sionistas que creen a Nasralá y que consideran que la experiencia ha demostrado que es mejor confiar en un enemigo sincero que en un amigo mentiroso.
Source: Press TV