En el primer aniversario de la Batalla de los Poderosos Guerreros, el colectivo libanés “Ahd… wa Ward” (Un Pacto y una Rosa) lanzó una iniciativa simbólica a nivel nacional para conmemorar a los mártires, distribuyendo rosas a quienes sufrieron la agresión israelí de 2024 y en los lugares donde descansan los restos de los combatientes caídos. El gesto, sencillo pero profundo, buscaba reafirmar la lealtad a quienes se sacrificaron para defender la dignidad y la tierra del Líbano.
Desde Nabatieh, en el sur, hasta Baalbek, en la Beqaa, y en varios barrios del Suburbio del Sur de Beirut (Dahiyeh), familias y simpatizantes se reunieron para conmemorar la ocasión.
Una de las concentraciones más numerosas tuvo lugar en la calle Bir Al-Abed, en Dahiyeh, donde los promotores distribuyeron flores a los transeúntes, reafirmando su compromiso inquebrantable con la resistencia y sus mártires.
Varias floristerías de Dahiyeh, en Beirut, contribuyeron a la campaña ofreciendo cientos de rosas de forma gratuita. Entre ellas se encontraba La Fleur Dorée, propiedad de la Sra. Fátima Fares, quien días antes había invitado a la gente a participar en este acto de gratitud y conmemoración.
En declaraciones al sitio web Al-Manar, la Sra. Fares enfatizó que la iniciativa es “un homenaje a todos los que sufrieron el sufrimiento de la agresión israelí hace un año: quienes perdieron sus hogares, sus tiendas y, sobre todo, quienes perdieron a seres queridos de sus familias”.
Añadió que ofrecer rosas era “lo mínimo que podemos hacer para honrar la paciencia de nuestro pueblo y la firmeza que protegió a este país. Cada flor transmite un mensaje de amor para los mártires y de fortaleza para las familias que continúan reconstruyendo sus vidas con dignidad”.
La Tierra Es Nuestra
La iniciativa se difundió rápidamente en redes sociales, inspirando a activistas a participar a su manera.
En Nabatieh, Abbas Bitar distribuyó docenas de rosas con la inscripción “Llevamos su testamento como alianza y seguimos sus pasos con rosas”. En la Beqaa, Hanan Dorra se unió a la campaña, repartiendo flores con el mismo mensaje: una afirmación simbólica de la profunda conexión entre el pueblo y su tierra, especialmente después de un año marcado por la pérdida, el desplazamiento y la resiliencia.
Los activistas describieron este gesto como una “declaración silenciosa pero contundente” de que la tierra del Líbano, regada por el sacrificio, permanece arraigada en la identidad de su pueblo y protegida por su tenacidad.
Una memoria colectiva, una promesa colectiva
Mientras se distribuían flores a los simpatizantes de la resistencia, se colocaban en los edificios destruidos y se esparcían por barrios que aún conservaban las cicatrices de la agresión del año pasado, un profundo sentimiento unía a las ciudades de todo el Líbano: el recuerdo entrelazado con un compromiso inquebrantable de defender la patria a cualquier precio.
Familias, grupos de jóvenes y ancianos se unieron, sosteniendo rosas hacia el cielo: una declaración simbólica de que el Líbano honra a sus mártires no solo con dolor, sino también con orgullo, gratitud y determinación imperecederos. Incluso frente a la destrucción, la pérdida de hogares y las penurias infligidas por el enemigo israelí, el compromiso del pueblo con la resistencia sigue siendo firme e inquebrantable.
Source: Al Manar



