Desde el amanecer, las calles del Líbano se llenaron de devotos de Ahl al-Bait (P), que mostraban sinceramente su lealtad y se unieron a las marchas en defensa del Sagrado Corán como convocó el secretario general de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasralá.
Pancartas y banderas adornaban las calles, con los emblemas de los venerados líderes de Hezbolá y consignas en apoyo al Sagrado Corán, sobre las cuales destacaba la consigna iniciada ayer por Sayyed Nasralá durante su discurso en la última noche de Ashura: “A tu servicio, Oh Corán; a tu servicio, Oh Hussein; a tu servicio, Oh Mahdi.”
A través de su compromiso compartido, el mensaje de Ahl al-Bait (P) resonó más allá del Suburbio del Sur de Líbano, donde se llevó a cabo la ceremonia central.
En los días venideros, las calles volverán a la tranquilidad, pero el fuego de la devoción seguirá ardiendo en los corazones de los participantes.
Ashura marca la culminación del período de luto de 10 días observado durante el mes sagrado de Muharram.
Anualmente, Hezbolá lleva a cabo una importante ceremonia en Dahiyeh, complementada con otros eventos en varias regiones del Líbano, incluyendo Baalbek y el Sur.
A lo largo de estos días solemnes, los fieles rinden homenaje al martirio del Imam Hussein (P), nieto del Profeta Muhammad (PB), quien fue asesinado trágicamente en la Batalla de Karbala. Los rituales de duelo abarcan procesiones, recitaciones de elegías y reflexiones sobre los valores del sacrificio, la rectitud y la justicia ejemplificados por el Imam Hussein (P).
La ceremonia central de Hezbolá en Dahiyeh sirve como punto focal para la comunidad, atrayendo a adherentes de diversos orígenes, que se reúnen para recordar el mensaje atemporal de resiliencia y firmeza representado por el Imam Hussein (P).
Además, Hezbolá organiza ceremonias de duelo en Baalbek y el Sur del Líbano. Estas reuniones extienden la conmemoración a diferentes regiones, uniendo a los creyentes en un dolor y una devoción compartidos.
El significado de Ashura y las ceremonias de duelo que la acompañan trascienden las fronteras del Líbano y resuenan entre los musulmanes chiíes de todo el mundo. Es un momento de profunda introspección, que inspira a los seguidores a volver a comprometerse con la búsqueda de la verdad, la compasión y la justicia social, un testimonio del legado perdurable del Imam Hussein (P).
Source: Al Manar