Las fuerzas del Ejército y los combatientes de los Comités Populares de Yemen han atacado a los mercenarios a sueldo de la coalición de agresión saudí en la ciudad de Maarib en respuesta a los ataques que estos han lanzado en los últimos días.
Tras este ataque de represalia, ocurrido este miércoles 20 de abril por la mañana, se produjeron en Maarib intensos enfrentamientos, marcados por el fuego de artillería.
El martes, un grupo de mercenarios partidarios de Riad atacaron una posición de combatientes yemeníes en el este de al Balaq, provincia de Maarib, y abrieron fuego contra viviendas de civiles. Solo el martes se registraron un total de seis violaciones del alto el fuego en Maarib y Lahij.
La tregua en Yemen fue anunciada el 2 de abril por el enviado especial de la ONU, pero la parte saudí la ha violado repetidamente.
En esta línea, el experto y analista iraní en temas de Asia Occidental, Saadollah Zarei, planteó cuatro puntos:
1- Los saudíes trataron de sugerir que la guerra que iniciaron contra su vecino yemení sería de naturaleza “legítima” porque tomaron medidas “a pedido del presidente Hadi”. Lo que contradice esta alegación de Riad es que Mansur Hadi ya había anunciado oficialmente su renuncia, incluso publicitada. En ese momento, Ansarulá no tenía problema con un Mansur Hadi en el poder como presidente, pero este prefirió dar la espalda a su país y abandonarlo en manos de Arabia Saudí, cuyo régimen le empujó a lanzar una “petición de ayuda” para legitimar su ofensiva contra el pueblo yemení.
2- Antes de embarcarse en la guerra, el régimen saudí contaba con poder ganar la guerra como máximo en un mes, pero vio desmoronarse sus cálculos cuando los yemeníes se unieron a Ansarulá y sus fuerzas, lo que llevó a cientos de miles el número de combatientes que participaron en la lucha contra la agresión saudí.
Cuando un gobierno fracasa en una guerra que ha iniciado por su cuenta, fuera de sus fronteras, su legitimidad se debilita mucho a los ojos de su pueblo.
3- Durante varias rondas de negociaciones con Omán, Naciones Unidas, Irán e indirectamente con Ansarulá, es decir con el Gobierno de Salvación Nacional de Yemen, el régimen saudí aceptó un cese el fuego y para protegerse de las consecuencias de este fracaso, fijó condiciones: los yemeníes debían desmilitarizar todas las áreas en Yemen que se encuentran dentro de los 50 kilómetros de la frontera con Arabia Saudí. Esto significa que 35.000 kilómetros cuadrados de territorio yemení permanecerían sin defensa. Peor aún, incluso si los yemeníes aceptaran respetar esta condición, los saudíes, por su parte, no aceptarían pagar nada en el contexto de una compensación, por ejemplo.
4- La iniciativa de establecer una tregua es en sí misma un paso positivo, pero estará lejos de terminar la guerra en Yemen sin el levantamiento del bloqueo que pesa sobre el pueblo yemení desde hace años. En otras palabras, un alto el fuego sin levantar el bloqueo conduciría a una guerra de otra forma. Durante las recientes conversaciones de paz, Arabia Saudita acordó permitir la apertura del Aeropuerto Internacional de Sanaa con la condición de que sus vuelos se limitaran a dos países árabes aliados con el régimen saudí.
La iniciativa de establecer una tregua en Yemen manteniendo el bloqueo demuestra que Riad está tratando de preservar su dominio sobre este país, incluso después de que el conflicto se congele. Esta estrategia ciertamente no conducirá a ninguna parte y los saudíes eventualmente se verán obligados a someterse a las demandas de los yemeníes.
Source: Press TV