La decisión de Washington de cerrar su embajada en Bagdad no parece afectar a las facciones de la resistencia iraquí que piden la retirada de las tropas de la coalición de su país y criticaron el sospechoso papel de esta embajada, la más grande del mundo, con una extensión de 42 hectáreas.
Según una de estas facciones, Asaib Ahl Alhaq, la Embajada de EEUU en Iraq “juega un papel en lo que se refiere a torpedear la cultura y los valores iraquíes”.
“Ciertamente eso es más peligroso que su papel militar, de seguridad y de espionaje”, dijo en un comunicado publicado el lunes 28 de septiembre, este grupo que forma parte de la coalición Hashid al Shaabi que combate a Daesh con la ayuda de asesores iraníes.
Fuentes diplomáticas dijeron a la televisión libanesa de noticias por satélite Al Mayadin TV que los estadounidenses informaron a sus aliados que “la decisión de cerrar la embajada en Bagdad ha sido tomada”.
El líder de otra facción iraquí, el movimiento Al Nuyaba, también criticó el papel sospechoso de la Embajada de EEUU en su país.
“La Embajada de EEUU es un grupo de colonizadores para quienes la embajada es solo una tapadera para sus crímenes”, dijo Sheikh Akram al Kaabi.
Según él, también es “una enorme base militar construida en el corazón de edificios residenciales y oficiales para protegerse de los ataques de la resistencia”.
El lunes por la tarde se escuchó en varios distritos de la capital el sonido de los misiles disparados desde la embajada y su interceptación por parte del sistema de defensa antimisiles estadounidense instalado en la misión diplomática. La Embajada de EEUU en Bagdad anunció en un comunicado que se realizarían ejercicios militares de dos días en las instalaciones de la Embajada, que finalizarían el martes 29 de septiembre.
Fuentes de noticias cercanas a los nuevos grupos de la Resistencia en Iraq dijeron anteriormente que la Embajada de EEUU en Bagdad planeaba instalar un nuevo sistema de defensa antimisiles de mediano alcance después de que su sistema de defensa antimisiles fallara en hacer frente a los ataques con cohetes.
La presencia militar estadounidense en Iraq ha sido cuestionada desde la incursión estadounidense del pasado enero que mató al número dos del Hashid al Shaabi, Abu Mahdi al Mohandes, junto al jefe de la Fuerza Al Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica iraní, General Qassem Soleimani.
Anteriormente, las fuerzas estadounidenses habían intensificado sus ataques contra las fuerzas del Hashid al Shaabi que luchan contra el Daesh en la frontera con Siria, especialmente en la región estratégica de Al Qaim. Fue entonces cuando se produjeron las primeras protestas ferozmente hostiles a la presencia estadounidense, una de las cuales llegó a las puertas de la Embajada y quemó su entrada.
La retirada de las fuerzas estadounidenses y de la coalición fue votada por unanimidad en el Parlamento iraquí y luego exigida en un doble mensaje enviado por el anterior gobierno de Adel Abdel Mahdi al Consejo de Seguridad y a la coalición internacional liderada por EEUU. Y también ha sido exigida por manifestaciones en las que participaron cientos de miles de iraquíes enojados.
Desde entonces se han llevado a cabo decenas de operaciones de resistencia contra patrullas de las fuerzas estadounidenses que se retiraron de varias posiciones y se trasladaron a la base de Ain al Asad en Al Anbar. Los cohetes también alcanzaron algunas de estas posiciones y el área que rodea la Embajada de EEUU.
Según las fuentes diplomáticas antes mencionadas, los estadounidenses revisarán su decisión de cerrar su embajada tras una reevaluación.
El Washington Post, por su parte, aseguró que EEUU podría cerrar su embajada por 90 días.
Fue el secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo quien amenazó con cerrarla “si el gobierno iraquí no actúa para detener los ataques de las facciones respaldadas por Teherán contra los intereses estadounidenses”.
Source: Diversas