Según el periódico libanés Al Akhbar, la caída de una de las líneas de defensa más importantes de la coalición saudo-emiratí en el lado suroeste de la gobernación de Maarib abre la puerta a un cambio histórico en el curso de la guerra en Yemen, y parece claro que Riad tiene miedo de involucrarse.
Si bien la resolución de la batalla de Maarib aún está pendiente de una decisión política de los líderes de Sanaa, el creciente desacuerdo entre las fuerzas leales a la “coalición” presagia una rotunda derrota que les será infligida en sus últimos bastiones del Norte.
El Ejército yemení y Ansarulá se han apoderado con éxito de grandes áreas de la gobernación de Al Baida que estaban en manos de los grupos terroristas Al Qaida y Daesh. Esto ha sido un shock para los dirigentes en Arabia Saudí, que habían hecho todo lo posible durante el año pasado para proporcionar cobertura aérea y apoyo terrestre y logístico a las fuerzas terroristas en la región.
Aunque son diferentes entre sí, Al Qaida y el Daesh formaron una línea de defensa avanzada para la “coalición” en el lado suroeste de la gobernación de Maarib.
Como resultado, la toma del centro de gravedad de los dos grupos terroristas por el Ejército yemení y los combatientes de Ansarulá en Al Baida provocó una caída de la moral de los mercenarios de la coalición y las fuerzas locales dentro de ella. De ahí que se acelerara la retirada de un gran número de guarniciones militares cercanas a la ciudad de Maarib, hasta el punto de que se ha producido la caída del Camp Mas, que se considera el campamento más importante para defender la ciudad.
Contrariamente a la costumbre en tales batallas, los combatientes yemeníes aún no han anunciado sus logros, a la espera de la finalización de la fase final de las operaciones tras la publicación de la decisión política de entrar en Maarib. En este contexto, múltiples fuentes, incluidas las cercanas a la coalición saudí, afirman que las fuerzas yemeníes están a punto de conseguir una “victoria histórica” que tendrá importantes repercusiones en el curso de la guerra.
Hoy, el régimen saudí no puede detener el avance del Ejército y Ansarulá hacia Maarib, a pesar de un despliegue intensivo de aviones de combate. La incapacidad de Riad se manifiesta claramente en su debilidad para unir las filas de las fuerzas locales que luchan a su lado, así como para crear un marco común bajo un liderazgo unificado. Al no tener nada que ver entre sí, estas fuerzas locales, incluso si sienten una derrota inminente, aún pueden verse atraídas por conflictos faccionales, ideológicos y personales que los llevarán a buscar un compromiso con el Ejército yemení y Ansarulá.
Los mercenarios locales que luchan bajo la bandera de la agresión saudí en Maarib se han dividido de la siguiente manera:
Las brigadas pertenecientes al jefe de Estado Mayor, teniente general Saguir bin Aziz, afiliadas al gobierno dimitido de Mansur Hadi, las brigadas directamente subordinadas al vicepresidente Ali Mohsen al Ahmar, que representa al ala militar del Partido del Congreso Yemení por la Reforma, y las brigadas afiliadas a los Emiratos Árabes Unidos forman un grupo.
La milicia del Islah (partido vinculado a los Hermanos Musulmanes), considerada la milicia más importante de esta región.
Las tribus que luchan a sueldo de la coalición saudí, a saber, las tribus Murad y algunas de las tribus Ubaida, que, cabe señalar, recientemente han mantenido comunicaciones con los combatientes de Ansarulá,
Los terroristas salafíes liderados por Yahia al Hayuri.
Los mercenarios de las provincias del sur que fueron reclutados por las fuerzas saudíes en el último minuto en un esfuerzo por compensar las pérdidas sufridas por sus aliados locales en los frentes de Maarib.
La falta de ingenio saudí en Maarib incluso ha llevado al embajador británico en Yemen, Michael Aaron, a intervenir en apoyo de Riad, contactando al gobernador de Maarib, Sultan al Arada. Este diplomático afirmó que la coalición saudí ofreció un alto el fuego en la provincia, pero Ansarulá lo rechazó.
Aunque las fuerzas de Ansarulá hasta ahora han evitado atacar áreas pobladas y no se han registrado víctimas civiles en la ciudad, Aaron se tomó la libertad de calificar el ataque a Maarib de “inhumano”. Habrá olvidado que los mercenarios locales de la coalición saudí masacraron el mes pasado a siete miembros de la familia Sabayyan, entre los que se encontraban mujeres, por ser leales a Ansarulá.
Source: Al Akhbar