Al provocar una gigantesca avería eléctrica e imponer sanciones contra el sector petrolífero de Venezuela, EEUU está aplicando su plan destinado a desestabilizar Venezuela, que incluye amenazas de una intervención militar. Lo que ocurre actualmente en Venezuela es un plan de un “cibergolpe” de estado. Sin embargo, Washington ha visto fracasar este plan como los anteriores. Al cortar la energía eléctrica en Venezuela, ellos han provocado la irritación de muchos venezolanos, que ven como la injerencia de EEUU provoca un daño directo en sus vidas y ha incrementado además los precios del petróleo, un hecho favorecido por la bajada en la producción de petróleo por parte de los países de la OPEP incluyendo Arabia Saudí.
Tras el corte de energía que afectó a la mayor parte de Venezuela, la PDVSA, una compañía petrolera venezolana dirigida por el Estado, no ha podido todavía reanudar las exportaciones de petróleo crudo desde su puerto principal, anunciaron el lunes fuentes cercanas al caso.
El presidente Nicolás Maduro denunció una agresión innoble que “afecta a toda la población sin hacer ninguna distinción política”. De hecho los venezolanos partidarios y opositores a Maduro pagan el precio a todos los niveles. El ministro de Comunicación de Venezuela, Jorge Rodríguez, explicó que este “castigo colectivo”, según las primeras investigaciones, tenía el propósito de privar a los venezolanos de electricidad durante días para que salieran a las calles para manifestarse contra Maduro. Él apuntó el dedo contra el senador estadounidense Marco Rubio, una de las voces más extremas del establisment político estadounidense en su apoyo a la agresión contra Venezuela, que, minutos después del inicio del apagón, se burló del fallo de los generadores de emergencia. “¿Cómo supo Marco Rubio que los generadores de emergencia se habían averiado cuando nadie más lo sabía en ese momento?”, dijo el ministro venezolano. Las declaraciones de Rubio sonaron, en efecto, a una reivindicación pública de la agresión estadounidense.
Poco después de que quedara claro que esta nueva maniobra había fracasado, EEUU dio un paso más, esta vez contra Rusia. El Departamento de Estado anunció en un comunicado que que había adoptado sanciones contra Evrofinance Mosnarbank, un banco ruso con sede en Moscú, que “ayuda, favorece y proporciona un apoyo financiero, material o tecnológico a Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA)”, la compañía pública venezolana que fue añadida en enero a la lista negra norteamericana.
Esta decisión del Tesoro estadounidense es la última de una serie de medidas adoptadas por la Administración Trump para acentuar la presión sobre la población venezolana, lo que muestra el desprecio del gobierno norteamericano hacia esta última y deja claro el valor meramente propagandístico de su “ayuda humanitaria”. EEUU ha añadido también a su lista negra a seis responsables de seguridad venezolanos y a cuatro gobernadores de provincias de Venezuela en las últimas dos semanas.
Por su parte, la PDVSA ha lanzado un plan de urgencia para revitalizar el puerto petrolero de José, según fuentes bien informadas, que señalan que la compañía no ha hecho comentarios. Según algunas fuentes, ningún petrolero ha salido del puerto de José desde el 7 de marzo. El sabotaje de la presa de El Guri ha detenido también la actividad de los campos de petróleo vinculados a la red.
Efecto boomerang
Sin embargo, por lo que parece, EEUU se ha disparado en el pie. Los precios del petróleo se han incrementado debido al descenso de la producción de Venezuela y a la caída en la producción del petróleo saudí. El martes, el barril del Brent alcanzó los 67,25 dólares en Londres.
Algunas fuentes en la OPEP han visto el sabotaje contra la presa de El Guir un auténtico ataque no solo contra Venezuela sino contra toda la organización, que ha provocado una corriente alcista en los precios del petróleo, algo que no favorece en absoluto a la economía de EEUU.
Source: Agencias