La Bolsa de Valores de Riad perdió de septiembre a diciembre 20.400 millones de dólares. Solo en noviembre, las pérdidas se estimaron en 15.900 millones. Esta caída es el resultado de la indignación internacional que se cierne sobre el régimen de Arabia Saudí tras el asesinato del periodista saudí Yamal Khashoggi.
El sitio de noticias panárabe Al Arabi Al Yadid informa que el valor de las acciones cotizadas en Riad, que fue de 506.300 millones el 30 de septiembre, se redujo a 485.900 millones a principios de diciembre, experimentando una bajada de un 2,58%.
Uno de los líderes de los bancos de inversión en el Golfo Pérsico le dijo a Al Arab al Yadid que a pesar de los intentos del reino saudí de eliminar la responsabilidad del príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, en el caso del asesinato de Khashoggi, los inversores extranjeros están vendiendo acciones y el índice saudí se encuentra en caída libre.
Un comunicado del Banco Central de Arabia Saudí afirma que la fortuna del reino saudí se elevó en octubre a 1,9316 billones de riales (moneda nacional), o sea 10.900 millones de riales menos en relación a septiembre.
Además, el sitio web de Bloomberg informó que el caso Khashoggi y los arrestos realizados como parte de la “purga anticorrupción” del reino saudí han asustado a los inversores extranjeros, que prefieren ahora abandonar el país.
Desde el ascenso al puesto de príncipe heredero de MBS, el número de inversores extranjeros en el sector privado que abandonan Riad ha aumentado, y esta tendencia se ha acelerado después del asunto Khashoggi, señala la agencia.
Muchas fuentes anónimas le dijeron a Bloomberg que después del arresto de una docena de príncipes saudíes en noviembre de 2017, son muy numerosos los saudíes adinerados que sacaron sus fortunas de Arabia Saudí y decidieron hacer lo mismo con sus inversiones. Los que permanecen no invierten en diferentes sectores, sino que tienden a guardar su dinero, lo que supone un golpe fatal para la economía del país.
En resumen, el asesinato del periodista saudí ha acelerado el proceso de fuga de inversiones que ascendió a un 13%, o 90.000 millones, del PIB desde principios de 2018.
Source: Agencias