El movimiento iraquí Al-Nuyaba anunció el pasado 2 de febrero su intención de continuar los ataques contra las tropas extranjeras en Oriente Medio, pese a la amenaza de represalias lanzada por Washington tras la muerte de tres de sus soldados en Jordania.
“Cada ataque (estadounidense) resultará en una respuesta adecuada”, afirmó Akram al-Kaabi, líder de Al-Nuyaba, que forma parte de la red de combatientes de la Resistencia Islámica en Iraq.
Este grupo de resistencia está directamente acusado por Washington del mortífero ataque con drones perpetrado contra la “Torre 22”, una base logística situada en el desierto de Jordania, en la frontera con Siria.
El portavoz oficial del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, consideró que el ataque que mató a tres de los soldados estadounidenses e hirió al menos a 25 más “llevaba sin duda la marca” de las Brigadas de Hezbolá, otro grupo armado iraquí considerado uno de los principales líderes de la Resistencia Islámica en Iraq.
Las Brigadas de Hezbolá anunciaron finalmente la “suspensión” de sus ataques contra las bases estadounidenses en Iraq y Siria, una decisión que el movimiento de Al-Nuyaba aseguró en su comunicado que escuchó y respeta.
Pero “la Resistencia Islámica en Iraq, con sus otras facciones, continuará sus acciones, mientras sus exigencias no sean satisfechas”, incluyendo “el cese de las operaciones (israelíes) en Gaza y la retirada de los soldados estadounidenses de Iraq”, prometió Al-Nuyaba en el comunicado actual.
“En cuanto a lo que salga de la máquina de guerra psicológica estadounidense, que no deja de tronar, amenazar e intimidar, no nos sacudirá ni un hilo y no nos disuadirá”, continúa el comunicado.
Desde mediados de octubre, al menos 165 ataques han tenido como objetivo a las tropas estadounidenses en Iraq y Siria, una repercusión directa de la guerra israelí contra Gaza, apoyada por EEUU.
Source: Diversas