Los recientes ataques de EEUU y el Reino Unido contra Yemen han sido presentados por la propaganda estadounidense de una forma doblemente falsa. Por un lado, se habla de una inexistente coalición en el Mar Rojo, cuando solo dos países, EEUU y el Reino Unido, han participado, de hecho, en la agresión contra el país árabe.
En segundo lugar, la excusa dada de proteger la navegación marítima en aguas internacionales también es falsa y los ataques buscan únicamente apoyar a “Israel”, ya que tanto las autoridades de Sanaa como el movimiento Ansarulá han dejado claro que su único objetivo era impedir el tráfico de barcos israelíes o de aquellos que vayan en dirección a los puertos de la Palestina ocupada mientras dure la agresión israelí a Gaza. Si Washington y Londres quisieran realmente proteger las vías marítimas del Mar Rojo y el Estrecho de Bab el-Mandeb demandarían un cese el fuego en Gaza y trabajarían para implementarlo.
De hecho, los ataques a Yemen son una cobertura para la agresión y el genocidio llevado a cabo por el régimen israelí en Gaza. También son un fallido intento de mantener la hegemonía estadounidense en una región donde el sentimiento estadounidense se ha incrementado notablemente debido al apoyo de la administración estadounidense al genocidio israelí en Gaza. Los ataques continuos de la resistencia iraquí contra bases norteamericanos en Iraq y Siria y el anuncio del primer ministro iraquí sobre la intención de Iraq de poner fin de forma rápida a la presencia militar de la coalición liderada por EEUU en el país son evidencias crecientes de este declive de la hegemonía norteamericana en la región.
El apoyo estadounidense a “Israel”, incluyendo el envío de material militar adicional al régimen sionista y el rechazo de cualquier llamamiento a un cese el fuego en Gaza, es visto con un absoluto rechazo por parte de los países del Asia Occidental. La negativa de Washington a retirar sus tropas de Iraq y Siria, pese al rechazo de los pueblos y los gobiernos de estos países, equivale a una ocupación militar. Esta presencia, sin embargo, no ha podido otorgar a EEUU ningún tipo de control sobre estos estados. Cabe recordar en este sentido, el fracaso de los intentos estadounidenses de derribar al gobierno sirio durante la larga guerra terrorista comenzada en 2011 y de controlar el gobierno de Iraq, pese a mantener muchos activos en este país desde la invasión de 2003. La presencia estadounidense es otra maniobra para proteger al régimen israelí, y de saquear el petróleo en el caso de Siria, pero ha colocado al ejército norteamericano en una posición vulnerable en sus puntos de despliegue en ambos estados.
La postura estadounidense ha aislado también a este país en el contexto internacional, donde la gran mayoría de países se ha posicionado a favor de un alto el fuego y el fin de la agresión israelí contra Gaza. Incluso algunos antiguos aliados de EEUU en la región se han alejado de la política norteamericana, como muestra su rechazo a participar en la coalición fallida de Washington en el Mar Rojo. También se han acercado a otros países en ascenso, como China y Rusia, y han normalizado sus relaciones con Irán. Y han buscado integrarse en bloques internacionales rivales de EEUU como el BRICS.
Los ataques a Yemen son también ilegales desde el punto de vista del derecho interenacional, ya que no cuentan con el respaldo de una resoluciónn del Consejo de Seguridad de la ONU, técnicamente el único organismo del sistema internacional capaz de autorizar el uso de la fuerza bajo la Carta de Naciones Unidas.
Hoy, el dominio estadounidense en Asia Occidental llega a su fin pese a los miles de millones de dólares gastados y los millones de muertos, heridos y desplazados causados por las agresiones de EEUU en la región, donde los países buscan de forma creciente alcanzar sus propios intereses.
Los ataques a Yemen serán pronto vistos además como un fracaso. Ansarulá posee experiencia en ocultar y proteger su arsenal de misiles y drones tras una guerra de casi una década de guerra. Los ataques no impedirán a Yemen continuar atacando los barcos israelíes o que se dirijan a “Israel” hasta el fin de la agresión israelí contra Gaza. Y tendrán una repercusión en los precios de los transportes marítimos elevando su coste. También generarán un apoyo a Yemen por parte de los pueblos de la región, que ven a este país como uno dispuesto a apoyar a los palestinos de Gaza con medidas prácticas.
Por el contrario, los ataques harán que estos pueblos aumenten su rechazo a la política de EEUU, consistente en armar a “Israel” para que continúe su masacre contra el pueblo palestino y atacar otros países árabes como el caso de Iraq, confirmando así la hostilidad del gobierno estadounidense hacia el mundo árabe y musulmán y su condición de mayor violador del derecho internacional, junto con “Israel”.
Source: Sitio de Al Manar en Español