Centenares de trabajadores extranjeros de los hospitales en Arabia Saudí, que no reciben su salario desde hace siete meses, iniciaron una huelga esta semana y bloquearon una autopista en la Provincia del Este, pese a las prohibiciones y huelgas y manifestaciones en el reino wahabí.
La cólera de los empleados se incrementó al saber que el mismo empleador que retiene sus salarios gasta regularmente sumas astronómicas en invitar a cantantes internacionales.
En realidad, los empleados extranjeros han estado sufriendo los efectos de la reducción de los gastos estatales. En los campos de trabajo situados en el desierto, los trabajadores se quejan no sólo de que han dejado de recibir los salarios que les corresponden, sino de carecer de comida y electricidad.
Algunos países que han sido tradicionalmente fuente de mano de obra han tomado medidas para repatriar a sus ciudadanos que sufren de retrasos en el pago de sus salarios o que han perdido sus empleos. India, por ejemplo, ha enviado comida a más de 10.000 trabajadores en lo que el ministro de Exteriores indio, Sushma Swaraj, calificó de “crisis alimenticia”. Él dijo que los trabajadores indios en Arabia Saudí estaban haciendo frente a “graves dificultades”.
“Un gran número de indios han perdido sus trabajos en Arabia Saudí y Kuwait. Los empleadores no han pagado salarios y han cerrado sus fábricas”, dijo Swaraj. “El número de trabajadores indios que hacen frente a una crisis alimenticia en Arabia Saudí es más de 10.000”.
Las organizaciones pro-derechos humanos han denunciado la situación de los trabajadores extranjeros en Arabia Saudí y otros países árabes del Golfo Pérsico, incluyendo el impago de salarios y la falta de cauces para reclamar sus derechos.
El consulado indio en Yeddah ha colocado fotos en Twitter que muestran a sus nacionales haciendo cola para recibi paquetes de comida del gobierno indio tras estar aislados en campos y sin comida durante tres o cuatro días.
Hasta ahora casi tres millones de indios trabajaban en Arabia Saudí, según el Ministerio de Exteriores, siendo ésta una de las mayores poblaciones con pasaporte indio fuera de India.
Por su parte, cientos de trabajadores pakistaníes de la construcción han regresado a su país desde Arabia Saudí sin poder llevar consigo sus salarios, que llevan meses esperando recibir.
La compañía Oger, que pertenece a Saad Hariri, líder de la Corriente del Futuro del Líbano y ciudadano saudí, ha sufrido grandes dificultades recientemente y 450 de sus trabajadores pakistaníes han tenido que regresar a Pakistán en septiembre, según dijeron fuentes de la Embajada pakistaní al Daily Star.
Ellos están entre los más de 6.500 trabajadores pakistaníes que no han recibido sus salarios de la compañía en los pasados nueve meses.
Grandes contingentes de trabajadores filipinos, que no han recibido tampoco los salarios durante meses por parte de Oger, han abandonado también Arabia Saudí.
Oger, Bin Laden y otras compañías de la construcción, que dependen de los contratos del Estado, han sufrido debido al retraso en los pagos del Estado saudí, cuyos ingresos por el petróleo han colapsado en los pasados dos años y que se ha visto sumergido en una costosa guerra en Yemen.
Source: Periódicos