Los militares que tomaron el poder en Níger acusaron a Francia de violar su decisión de cerrar las fronteras al aterrizar un avión militar A401 en el aeropuerto internacional de Niamey el jueves, informó Africanews.
Los militares del Consejo Nacional para la Salvaguardia de la Patria suspendieron todas las instituciones tras la destitución del presidente Bazoum.
Los militares anunciaron la suspensión hasta nuevo aviso de las actividades de los partidos políticos y llamaron a la calma a la población tras los incidentes durante una manifestación en Niamey organizada para apoyarlos. Durante estos mítines, muchos pidieron la salida de la fuerza francesa de Níger.
El miércoles 26 de julio, un golpe orquestado por militares derrocó al presidente, lo que generó temores en París.
Hay que decir que Níger es uno de los últimos socios de Francia en el Sahel. Francia había redirigido allí a 1.500 soldados tras su expulsión de Malí y Burkina Faso, pero podría ver amenazados sus intereses diplomáticos y de seguridad en la región.
Francia parece muy preocupada desde el derrocamiento del presidente Mohamed Bazoum, Emmanuel Macron condenó “con la mayor firmeza” un golpe “totalmente ilegítimo y profundamente peligroso para el pueblo de Níger, para Níger y para toda la región”.
El jefe de Estado presidirá este sábado a las 15.00 horas un Consejo de Defensa y Seguridad Nacional dedicado a Níger, anunció la presidencia.
Si la situación sigue siendo confusa sobre el terreno, Francia podría ver deterioradas sus relaciones con esta antigua colonia, independiente desde 1960. El país se había convertido en uno de los últimos socios privilegiados de París en el Sahel, tras anteriores reveses con Malí y Burkina Faso, otros dos países recientemente sacudidos por golpes de Estado.
“Las primeras señales enviadas no son muy tranquilizadoras para el Quai d´Orsay”, señala Léonard Colomba-Petteng, investigador del Centro Internacional de Investigación (Ceri).
El golpe de Niamey es el tercero en esta zona desde 2020, tras la llegada de militares al poder en Malí y Burkina Faso. Los militares que tomaron el poder en estos países obligaron a Francia a abandonar su territorio. Desde entonces, han recurrido a otros socios, en particular a Rusia.
De hecho, es a Níger adonde París redirigió la mayor parte de sus fuerzas militares involucradas en la operación antiterrorista Barkhane en Malí, que quedó interrumpida en el verano de 2022 bajo la presión del nuevo gobierno maliense, instalado en el poder tras un golpe de Estado. Las fuerzas especiales francesas que estaban en Burkina Faso también tuvieron que marcharse el año pasado, cuando el régimen fue derrocado en septiembre y los militares exigieron su marcha.
El Consejo Constitucional de Malí respaldó abrumadora la victoria del “sí” en el referéndum de la nueva Constitución redactada por los militares en el poder desde 2020. El francés ha sido degradado de “idioma oficial” a “idioma de trabajo”.
Por el momento, el futuro diplomático y militar de Francia en Níger sigue siendo muy incierto, pero si las fuerzas francesas se vieran obligadas a retirarse nuevamente, este tercer revés sería muy amargo para el gobierno. “Si los militares ahora en el poder fueran hostiles al mantenimiento de una estrecha cooperación bilateral, París ya no tendría un apoyo sólido en una región en la que siempre ha tenido una gran influencia desde la independencia de estos Estados”, señala Léonard Colomba-Petteng.
Por su parte, Caroline Roussy, investigadora al frente del Observatorio del Sahel del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (Iris) se pregunta: “¿Ser policía de África sigue siendo relevante en 2023? De confirmarse el escenario, será necesario hacer un balance y cuestionar la legitimidad, los objetivos y las capacidades de estas operaciones (francesas) en la región”.
“Poco a poco, es un período histórico para Francia que está terminando un período poscolonial de su presencia militar”, estimó Antoine Glaser, periodista y especialista en África.
Source: Press TV