Con un acto político cultural en la entrada del Estadio Nacional, organizaciones sociales y defensoras de los derechos humanos de Chile rindieron este domingo un homenaje a las víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Después del golpe de Estado perpetrado hace 50 años contra el gobierno del presidente Salvador Allende (1908-1973), ese coliseo fue convertido por el régimen pinochetista en el mayor campo de concentración de este país.
“Este estadio es tristemente conocido como un centro de detención y tortura, desde aquí muchos partieron a otros lugares donde fueron asesinados o desaparecidos”, declaró a Prensa Latina el subsecretario de Derechos Humanos, Javier Altamirano.
Afirmó que el golpe representó una tragedia para todo Chile y es importante recordar a los hombres y mujeres que dieron su vida por una transformación social, por reivindicaciones legítimas, y fueron aplastadas por el terrorismo de Estado.
Según informes de distintas Comisiones de la Verdad, la cifra total de víctimas de la dictadura calificadas oficialmente es de más de 40 mil, incluyendo asesinados, detenidos desaparecidos, prisioneros y torturados.
De acuerdo con la presidenta de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos (AFEP), Alicia Lira, aún existen más de 900 desaparecidos y las familias esperan dar con su paradero para vivir el duelo y sepultarlos.
Interrogada sobre el Plan Nacional de Búsqueda, anunciado por el Gobierno, dijo la activista que se está avanzando en las reuniones con el ministro de Justicia, donde exigieron la participación de las agrupaciones humanitarias en las mesas de trabajo.
La presidenta de la AFEP expresó también que en las actividades conmemorativas se busca reivindicar el legado de Allende, de los avances durante su Gobierno, como la nacionalización del cobre, la reforma agraria o el medio litro de leche para todos los niños.
En el acto en el estadio, que se extendió por más de cuatro horas, participaron varios artistas y grupos musicales, entre ellos Imaginación, La Chimganera, Insobornables, el dúo Coulon-Azán y Pancho Villa.
Source: Prensa Latina