El presidente de Bolivia, Luis Arce, alertó este lunes en un discurso contra sectores neofascistas que en defensa de los intereses de un sector minoritario agreden a las mujeres por expresar un pensamiento diferente.
“Hoy enfrentamos, y tenemos al frente al fascismo (…), que está en nuestro país, que ustedes lo señalaban, cuando agredían y agreden a nuestras compañeras por pensar diferente”, afirmó el mandatario durante el acto por el aniversario 79 de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (Fstmb).
Al intervenir en la sede de esa organización, el jefe de Estado se refirió así a la agresión sufrida en Santa Cruz por la asambleísta departamental Muriel Cruz a las puertas de la Gobernación cruceña por parte de seguidores de la alianza opositora Creemos.
Ella intentaba concurrir a una sesión del órgano legislativo en la cual tomarían posesión dos concejales indígenas, cuando fue derribada y brutalmente golpeada a puñetazos, patadas y un palo mientras yacía indefensa y sujetada por la cabellera.
Como consecuencia de esa paliza permanece ingresada en un centro hospitalario.
La agredieron “solo por defender una ideología que no coincide con los apetitos de un grupo cada vez más minoritario en el país”, advirtió Arce.
En sus palabras, el dignatario destacó también la historia de la Fstmb y su relevante papel en la lucha sindical en defensa de la democracia y la soberanía de Bolivia.
Rememoró que la federación surgió de enfrentamientos entre el Ejército y los trabajadores mineros de Oruro y Potosí en 1942.
Evocó su fundación en un congreso el 11 de junio de 1944 en Huanuni, Oruro, foro que contó con la participación de delegados de 25 sindicatos, quienes eligieron a Juan Lechín Oquendo como su primer secretario ejecutivo.
Arce subrayó que en la revolución de 1952 la Fstmb junto al Movimiento Nacional Revolucionario fue un factor importante para derrotar en las calles al Gobierno de turno y después fue el principal participante en la conformación de la Central Obrera Boliviana.
Resultado de esas luchas fue la nacionalización de las minas y la creación de la Corporación Minera de Bolivia, administrada por el Ejecutivo y los sindicatos obreros.
La instauración del neoliberalismo impuesto por “el imperialismo norteamericano”- indicó Arce-, provocó el despido de más de 30.000 mineros y el desalojo de sus centros de trabajo.
“Hoy esas semillas de guerrilleros dan nuestros frutos y nuevos frutos para continuar con el legado revolucionario”, resaltó el jefe de Estado en referencia a la contribución de la Fstmb a la economía nacional, su defensa de los recursos naturales y de la democracia, como ocurrió durante el golpe de Estado de noviembre de 2019.
Source: Prensa Latina