El diario estadounidense Washington Post informó el viernes 9 de junio que el príncipe heredero saudí Mohammad bin Salman ha amenazado con utilizar el arma de las sanciones contra los intereses estadounidenses, en caso de que el presidente Joe Biden cumpla su amenaza contra Riad, en el contexto de la reducción de producción de crudo.
“Después de que Biden amenazara el año pasado que habría consecuencias para Arabia Saudí si recortaba la producción de petróleo, MBS respondió amenazando también, sin previo aviso, con romper los lazos con EEUU y vengarse económicamente”, según un documento secreto de la inteligencia estadounidense obtenido por The Washington Post.
Según este último, el príncipe heredero advirtió que “dejaría de tratar con la administración estadounidense” prometiendo “grandes consecuencias económicas para Washington”.
El WP dice que no está claro si la amenaza del príncipe heredero se transmitió directamente a los funcionarios estadounidenses o fue interceptada mediante escuchas telefónicas.
Un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional negó tener conocimiento de la amenaza saudí y dijo: “No tenemos conocimiento de tales amenazas de Arabia Saudí”.
El pasado mes de octubre, la OPEP+ acordó recortar la producción de crudo en 2 millones de bpd hasta finales de 2023, pero el grupo añadió un nuevo recorte de alrededor de 1,6 millones de bpd en abril, con las reducciones voluntarias de varios países miembros. Arabia Saudí abrió el camino al reducir la producción en 500.000 bpd a partir de mayo.
Han pasado ocho meses desde la amenaza de EEUU y Biden no ha impuesto sanciones a Arabia Saudí y MBS ha seguido comunicándose normalmente con altos funcionarios de EEUU, como muestra la reciente visita del secretario de Estado, Anthony Blinken, a la ciudad costera saudí de Yeda.
Pero después de las reuniones de Blinken, parece que aún persisten las diferencias sobre la ambición de Arabia Saudí de producir energía nuclear, que Washington y otros consideran peligrosa.
El ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudí, Faisal bin Farhan, señaló que “si bien Riad agradece el apoyo de EEUU en la construcción de su programa nuclear civil, hay otros que están haciendo sus ofertas”, un recordatorio indirecto de que el reino podría profundizar su cooperación con China en energía nuclear.
Un segundo documento de inteligencia estadounidense, filtrado en diciembre pasado, advertía que Arabia Saudí planeaba ampliar su “relación comercial” con China comprando drones, misiles balísticos y de crucero y sistemas de vigilancia masiva de ese país, según el diario.
Refiriéndose a una dramática aceleración de los acontecimientos, a la que se suma esta amenaza, el Washington Post concluye que atestiguan la tensión que tiñe la relación de larga data entre ambos países, basada en la ecuación “petróleo por seguridad”.
El 6 de junio, Arabia Saudí anunció que reduciría su producción de crudo en un millón de barriles en un intento por impulsar los precios.
Source: Diversas