El ministro de Exteriores iraní, Hussein Amir Abdullahian, sostuvo el jueves una reunión con el secretario general de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasralá. Este encuentro coincidió con la información que llegó a los funcionarios libaneses desde una capital europea, citando a un “funcionario saudí”, de que el Reino, que ha restablecido recientemente sus relaciones con Irán y Siria, “pronto” iniciará un diálogo con Hezbolá.
Información extraoficial en Beirut complementó eso y habló discretamente sobre los detalles, afirmando que “la línea de diálogo se abrió o está a punto de abrirse a través de un tercero”. La ocurrencia de este diálogo recuerda la primera comunicación entre las dos partes, en un momento regional excepcional, cuando el rey saudí Abdulá recibió, el 4 de enero de 2007, al vicesecretario general de Hezbolá, Sheij Naim Qassem, y al diputado del partido, Muhammad Fneish, durante su visita al Reino. Después de eso, se cortó la comunicación y ambas partes entraron en una guerra mediática de larga duración, que llegó a su clímax tras la intervención de Hezbolá en la guerra de Siria.
Ya sea que el esfuerzo tenga éxito o fracase, esto refleja la nueva fase en la que Riad está reorganizando sus relaciones regionales en el camino de expandir sus vínculos, teniendo en cuenta la magnitud de los desafíos que afronta, desde Yemen a Líbano.
El visitante iraní no quiso interferirse en la elección presidencial libanesa con sus interlocutores, incluidos los que se le acercaron y le pidieron ayuda a su gobierno, y reafirmó que Irán no se interfiere en los asuntos libaneses. La otra parte, que no se reveló públicamente, dijo que lo que escuchó repetidamente en Teherán y en Damasco es que ambas capitales, interesadas de una forma u otra por la cuestión libanesa, confirmaron más de una vez que, en lo que a ellas respecta, el expediente del Líbano está en manos de Hezbolá y de su secretario general en particular como única referencia.
El ex diputado Suleiman Franyiyé, el candidato del dúo chií, escuchó las mismas palabras de Assad, que lo instó a coordinarse con Nasralá. En el pasado, el primer ministro interino, Nayib Mikati, escuchó la misma frase el 21 de septiembre cuando se reunió en Nueva York, al margen de la Asamblea General de las Naciones Unidas, con el presidente iraní Ibrahim Raisi.
Source: Al Akhbar (traducido por el sitio de Al Manar en español)