Un alto funcionario de seguridad iraní afirmó categóricamente que el programa de misiles del país no es asunto de Occidente, asegurando que las críticas al mismo evidencian las políticas hegemónicas de EEUU y ciertas naciones europeas.
Ali Lariyani, secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, hizo estas declaraciones durante la conferencia «Nosotros y Occidente en el pensamiento del Líder Supremo». Argumentó que el enfoque occidental históricamente busca la paz a través del poder, una política que ha derivado en guerras globales e inestabilidad constante.
Lariyani analizó la relación a través de cinco épocas históricas. Describió al antiguo Irán como una potencia independiente que influyó en el pensamiento griego, y la era safávida como un período en el que Irán contrarrestó el poder occidental mediante su propia fortaleza científica e intelectual. Señaló que esta independencia se perdió durante las dinastías Qayar y Pahlavi, cuando Irán cayó bajo el control político, económico y cultural de potencias occidentales como EEUU y Gran Bretaña, citando el golpe de Estado de 1953 como ejemplo paradigmático.
Según Lariyani, la Revolución Islámica, liderada por el Imam Jomeini y el Imam Sayyed Ali Jamenei, restauró la dignidad de Irán. Aclaró que, si bien Irán está abierto a la cooperación económica con Occidente, jamás aceptará la injerencia occidental en sus programas de defensa, como sus capacidades nucleares y de misiles, ni en sus asuntos culturales.
“Ahora discuten sobre misiles y su alcance, sobre el papel regional de Irán, pero ¿por qué debería importarles eso? Esta actitud demuestra que EEUU y Occidente buscan la hegemonía”, afirmó Lariyani. Enfatizó que la cuestión nuclear era solo un pretexto que revelaba la verdadera naturaleza de la enemistad.
Contraspuso la búsqueda occidental de dominio con el enfoque iraní de buscar relaciones equilibradas, declarando: “Irán no es ni un país dominador ni un país que ceda ante amenazas vacías”.
Lariyani también se refirió al reciente conflicto, elogiando la fortaleza del pueblo y las fuerzas armadas frente a “la brutal agresión del régimen israelí”. Destacó que el resentimiento global hacia EEUU ha aumentado drásticamente y que la cohesión nacional es clave para la victoria.
Refiriéndose a los llamados estadounidenses a la negociación, cuestionó su sinceridad, señalando traiciones pasadas. Reveló que los primeros tres días del conflicto fueron críticos, pero la guía estratégica del Líder Supremo, quien mantuvo contacto directo con los comandantes en el terreno, cambió el curso de los acontecimientos.
El contexto de estas declaraciones se remonta a la guerra iniciada por “Israel” el 13 de junio, que resultó en el asesinato de algunos comandantes militares, científicos y civiles. Posteriormente, EEUU intensificó el conflicto bombardeando tres instalaciones nucleares iraníes. Las exitosas operaciones de represalia de Irán finalmente obligaron a detener el ataque.
En una contundente admisión, el presidente estadounidense Donald Trump pareció asumir la plena responsabilidad del ataque inicial, contradiciendo afirmaciones previas de EEUU. ““Israel” atacó primero. Ese ataque fue muy, muy poderoso. Yo estuve al mando”, afirmó. Esta declaración provino de un presidente que durante mucho tiempo había hecho campaña como candidato de la “paz”, opuesto a iniciar nuevas guerras.
Source: Medios iraníes



