Contrariamente a lo que afirman los informes de los medios corporativos occidentales, el equilibrio de poder en Ucrania sigue siendo en gran medida favorable a Rusia:
• Las sanciones occidentales son un completo fracaso. La economía rusa se mantiene, el rublo está más fuerte que nunca y las exportaciones de hidrocarburos nunca han sido más rentables para Rusia. Aquellos que querían “poner a Rusia de rodillas” saborean su fracaso.
• El intento de aislamiento internacional de Rusia es un fiasco. Los pesos pesados demográficos del Sur (China, India, Brasil, Indonesia, Pakistán, Irán, Turquía, Nigeria, Etiopía, Vietnam, etc.) se niegan a participar en la cruzada antirrusa y cooperan más que nunca con Moscú política y económicamente.
• La proporción de pérdidas militares sobre el terreno es de 1 a 5 en detrimento de las fuerzas ucranianas. Como Rusia no tiene ningún interés en apresurar el movimiento, sabía cómo operar las retiradas tácticas necesarias, incluso si eso significa dejar que Ucrania se apunte falsos tantos. Pero esta guerra de desgaste beneficia a las fuerzas rusas que ya han iniciado una nueva ofensiva en el Donbás.
• A veces malinterpretada, la moderación de Moscú en la conducción de las operaciones garantiza el apoyo mayoritario del pueblo ruso: no sólo las pérdidas militares rusas son muy limitadas, sino que las pérdidas civiles, tanto en Ucrania como en Rusia, son relativamente bajas. El principal partido de la oposición, el Partido Comunista Ruso, y la gran mayoría de la población apoyan la operación militar especial.
• Las fuerzas rusas ya controlan el 20% del territorio ex-ucraniano y les falta un 6-7% por conquistar para completar la consecución del objetivo principal: la liberación de las cuatro divisiones administrativas con mayoría de habla rusa. Habiéndose atrincherado las fuerzas ucranianas en esta zona desde 2014, esta será sin duda la parte más difícil de la operación militar especial.
• EEUU está comenzando a darse cuenta de que el enfoque de línea dura de Kiev es contraproducente por tres razones:
1. Los ucranianos nunca recuperarán el Donbás, las zonas del sur incorporadas a Rusia y Crimea.
2. Su ejército se agota en ofensivas, que cuestan numerosas vidas humanas.
3. Financiar esta guerra de poder está empezando a ser costoso, especialmente en un entorno que se convertirá en una recesión económica mundial.
Si el conflicto termina con una derrota ucraniana, la OTAN y EEUU estarán en el banquillo.
Espera y verás.
Source: Bruno Guigue