EEUU será el perdedor estratégico de la guerra de Ucrania. Rusia ha establecido relaciones más estrechas con China y otros países de la región de Eurasia y el Golfo Pérsico, incluidos Irán, India y Arabia Saudí, alejándose irrevocablemente de Europa y Washington, señala la publicación The National Interest.
En un artículo de Ramon Marks publicado en su edición del domingo 21 de agosto, la revista estadounidense The National Interest señala que así como los presidentes Richard Nixon y Henry Kissinger jugaron la “carta de China” para aislar a la Unión Soviética durante la Guerra Fría, los presidentes Vladimir Putin y Xi Jinping jugarán sus cartas para contener la hegemonía global estadounidense.
Consciente de que ya no puede mantener a Europa como su primer cliente energético, Moscú lógicamente ha decidido desarrollar sus ventas de combustibles fósiles a Asia, en particular a China e India. Desde el lanzamiento de su operación militar en Ucrania, Rusia se ha convertido en el principal proveedor de petróleo de China, reemplazando a Arabia Saudí.
En los próximos años, China y Rusia sin duda realizarán inversiones sustanciales para expandir el transporte de petróleo y gas entre ellos, lo que permitirá que Rusia sea el principal proveedor de combustibles fósiles de China. Las relaciones energéticas más estrechas entre China y Rusia ayudarán a unirlos como aliados estratégicos ilimitados en el continente euroasiático. Al tener un proveedor de energía ruso comprometido, China inevitablemente obtendrá una mayor flexibilidad estratégica para tratar con EEUU y sus aliados regionales en la región del Indo-Pacífico, todo a expensas de Occidente. Rusia también ha aumentado significativamente su negocio energético con India desde su operación militar en Ucrania. Según el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio, India, que antes casi no compraba petróleo a Moscú, ahora importa más de 760.000 barriles de petróleo de ese país por día. El aumento de las ventas de combustibles fósiles rusos a India perjudicará los esfuerzos de EEUU, Australia y Japón para realizar un acercamiento a Nueva Delhi.
Son realidades estratégicas de difícil asimilación para EEUU, aunque están lejos de detenerse ahí. Después del lanzamiento de la operación rusa, los países occidentales adoptaron rápidamente una amplia gama de sanciones contra Moscú, incluidos plazos para poner fin a las compras de petróleo a Rusia. Las sanciones energéticas occidentales han perjudicado a sus promotores, causando presiones inflacionarias e interrupciones de suministro tan graves que Bruselas ahora está luchando para lidiar con las consecuencias económicas. La UE incluso ha anunciado en silencio medidas para aliviar las sanciones energéticas anti-rusas para ayudar a estabilizar los mercados energéticos.
Cabe señalar que EEUU, que ha proporcionado 54.000 millones de dólares en ayuda militar a Kiev hasta 2022, soporta más de su parte proporcional de la carga para apoyar a Ucrania en comparación con otros socios de la alianza, con la excepción de los Estados bálticos y Polonia.
Source: The National Interest - Press TV