Hablando con su homólogo kazajo, el ministro de Relaciones Exteriores chino dijo que Pekín estaba listo para brindar asistencia de seguridad a Kazajistan y dijo que China se opone a cualquier interferencia extranjera en los asuntos internos de ese país.
El ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, dijo el lunes (10 de enero) que Pekín quería fortalecer la cooperación en materia de seguridad y la aplicación de la ley en Kazajstán, como país vecino, y ayudar a contrarrestar a las “fuerzas extranjeras”.
“Los recientes disturbios en Kazajistán muestran que Asia Central continúa enfrentando serios desafíos y esto demuestra una vez más que algunas fuerzas extranjeras no quieren la paz en nuestra región”, dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores de China en un comunicado.
“Nos opondremos conjuntamente a la intervención e influencia de cualquier fuerza extranjera (en Kazajistán)”, continuó la declaración.
El presidente chino, Xi Jinping, dijo el viernes a su homólogo kazajo que Pekín se opone firmemente a cualquier fuerza extranjera que desestabilice a Kazajistán intentando organizar una revolución de color.
Según Reuters, los expertos dicen que China teme que la inestabilidad en su vecino pueda amenazar las importaciones de energía en la región, el enorme proyecto del Cinturón y la Ruta y la seguridad en el oeste de China. China, que comparte una frontera de 1.770 kilómetros con Kazajistán, cree, al igual que Rusia, que las “revoluciones de color” son levantamientos provocados por EEUU y otras potencias occidentales para lograr cambios de régimen en varios países que mantienen una política independiente.
A principios de 2022, estallaron protestas en las ciudades de Zhanaozen y Aktau, en la región de Manigistav, en el oeste de Kazajistán, tras la duplicación de los precios del gas natural licuado. Hombres armados con armas de fuego escalaron las protestas hacia la violencia, marginaron a la población y atacaron las instituciones gubernamentales y a miembros de las fuerzas de seguridad.
Source: Press TV