Rusia e Irán han fortalecido sus lazos. Este hecho ha llevado a algunos funcionarios estadounidenses a expresar explícitamente su preocupación por la cooperación ruso-iraní. En abril de 2016, el portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Mark Toner, estimó que la ampliación de la cooperación ruso-iraní representaría una amenaza para EEUU.
“EEUU debería estar preocupado por el trabajo de Irán y Rusia en Yemen y Oriente Medio. En este momento, no comprendemos su estrategia y sus respectivos roles en lo que parece ser una división del trabajo”, dijo la ex subsecretaria de Defensa de EEUU para Asuntos de Seguridad Internacional, Mary Beth Long.
Ella dijo que Rusia e Irán comparten una estrategia en su cooperación regional en Iraq, Siria y Yemen que pondrá en peligro los intereses estadounidenses.
Otra preocupación de EEUU es el desarrollo de la capacidad de la Resistencia. Por ejemplo, el misil ruso Toshka fue suministrado indirectamente por Rusia a Hezbolá en el Líbano y a Ansarulá en Yemen. El misil requiere entrenamiento para su uso militar, un área en la que los rusos juegan un papel importante.
Según Mary Beth Long, la expansión de las relaciones ruso-iraníes podría cambiar el orden de Oriente Medio en detrimento de EEUU.
La subsecretaria de Defensa de EEUU, Christine Wormuth, dijo, por su parte, que la cooperación entre Rusia e Irán llevó al fracaso de la política estadounidense en Oriente Medio y Siria.
El ex senador republicano John McCain también dijo que Rusia buscaba desafiar el orden estadounidense forjando una alianza con el bloque shií liderado por Irán en Oriente Medio.
En 2015, el think tank estadounidense Brookings publicó un artículo escrito por Serguei Aleksashenko, según el cual el eje shií Irán-Iraq-Siria podría asegurar los intereses rusos entre los musulmanes del norte del Cáucaso.
Dado el contexto político-social en Oriente Medio y la falta de muchos gobiernos estables y confiables, Rusia ve a Irán como un aliado deseable para perseguir sus objetivos en países como Siria, Iraq y el Líbano. Irán y Rusia han definido el concepto de esfera de influencia en su política exterior.
Rusia definió su esfera de influencia como global e Irán la marcó como regional, y la intersección de los dos llevó a la expansión de la cooperación entre Irán y Rusia. El acceso de Irán al Mediterráneo lo convertirá en una gran potencia; un elemento que podría cambiar el panorama estratégico de Oriente Medio.
De hecho, la cooperación ruso-iraní puede ejercer una fuerte presión sobre EEUU y esta alianza puede incluso cambiar las relaciones internacionales.
Source: Press TV