El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo en una aparición televisiva que el Ejército ruso podría haber hundido al destructor británico Defender sin iniciar una guerra a gran escala, porque, en sus propios términos, Occidente sabe que no puede ganar tal conflicto. La confianza de Putin puede no estar del todo fuera de lugar, señala la publicación The National Interest.
En las últimas semanas, se ha observado una escalada en espiral entre las fuerzas rusas y de la OTAN en la región del Mar Negro, impulsada por el incidente del HMS Defender y la respuesta del Kremlin a los ejercicios de la OTAN Sea Breeze en curso. Pero, ¿pueden estas tensiones alcanzar el nivel de una confrontación militar real en el Mar Negro? y ¿qué forma podría tomar tal conflicto?
En el corazón de la actual volatilidad regional del Mar Negro se encuentra el estatus de Crimea. Kiev y varias potencias occidentales han tomado medidas simbólicas en estos últimos años llevando a cabo ejercicios militares en las proximidades de Crimea, una región perteneciente en la actualidad a la Federación Rusa. El Kremlin ha respondido con creciente firmeza a estas esporádicas incursiones, a las que denomina “provocaciones”.
A fines del mes pasado, la Guardia Costera y la Flota del Mar Negro realizaron disparos de advertencia y arrojaron bombas en el camino hacia el destructor británico Tipo 45 HMS Defender para expulsar al buque de guerra de las aguas territoriales rusas frente a las costas de Crimea.
El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo en una aparición televisiva que el Ejército ruso podría haber hundido al Defender sin iniciar una guerra a gran escala porque, en sus propios términos, Occidente sabe que no puede ganar un conflicto de ese tipo. La confianza de Putin puede no estar del todo fuera de lugar.
En los años posteriores a la adhesión de Crimea, Rusia continuó desarrollando su Flota del Mar Negro. La flota recibió tres fragatas lanzamisiles modernizadas de la clase Almirante Grigorovich, así como una gran cantidad de submarinos de ataque diésel mejorados de la serie Kilo (Proyecto 636.3). Estos nuevos buques de guerra son solo una parte del drástico crecimiento de las capacidades rusas en la región del Mar Negro, que también incluye una extensa red de defensas antibuque y antiaéreas que operan desde Crimea.
Source: Press TV