Rumores sobre la posible renuncia del primer ministro designado de Líbano, Saad Hariri, alejaron aún más las esperanzas de formar un gobierno capaz de lidiar con la peor crisis socioeconómica en décadas.
La discordia de Hariri con el presidente de la República, Michel Aoun, por el nombramiento de puestos ministeriales para cristianos, impide instalar el ejecutivo.
Hasta ahora no avanza una propuesta del titular del parlamento, Nabih Berri, de un gabinete de 24 carteras, en el cual estarían distribuidos por igual puestos entre cristianos, musulmanes sunníes y musulmanes shiíes.
Esa oferta de Berri difiere del borrador presentado por Hariri de 18 portafolios, aunque coincide con una elección de figuras alejadas de los partidos políticos.
“No veo ningún signo de un avance en la crisis”, declaró el ex diputado Mustapha Alush, de la dirección del partido Corriente Futura que encabeza Hariri.
Alush dijo que terminó sin resultado alguno una reciente reunión sobre el tema entre el jefe del partido Corriente Patriótica Libre, Gebran Bassil, yerno del presidente, y representantes de Berri, y del secretario general de Hezbolá, Hassan Nasralá.
De ese encuentro no emergió solución alguna sobre quién debería nombrar a dos ministros cristianos en la alineación gubernamental que Hariri alega está dentro de sus prerrogativas y que Aoun rechaza.
El legislador de Corriente Futura, Mohammad Hayyar, mostró su pesimismo sobre los contactos para romper el estancamiento en la nominación del gabinete que entró en su décimo mes.
Source: PL