Mientras la investigación sobre varios casos de corrupción todavía pende como una espada de Damocles sobre las cabezas del primer ministro israelí y su esposa, el Washington Post acaba de revelar información que confirma la codicia ilimitada de la familia Netanyahu.
Con motivo de la firma de los acuerdos de normalización con los Emiratos Árabes Unidos y Bahrein en Washington, Sara Netanyahu trajo para el viaje varias maletas de ropa sucia para ser lavadas gratis en la Casa Blanca.
Durante varios años, el primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, se ha forjado una reputación entre el personal de la Casa Blanca por transportar sistemáticamente una carga especial en sus viajes a Washington: bolsas y maletas llenas con ropa sucia, escribe el Washington Post, citando a funcionarios estadounidenses.
La ropa se limpia gratuitamente para el primer ministro por el personal de la Casa Blanca, un beneficio que se otorga a todos los líderes extranjeros que son recibidos por el presidente estadounidense. Sin embargo, solo Netanyahu parece beneficiarse de esto dado que las estancias de los jefes de estado o de gobierno, particularmente ocupados, suelen ser muy cortas, agrega la misma fuente.
“Los Netanyahu son los únicos que nos traen verdaderas maletas de ropa sucia para limpiar”, dijo un funcionario estadounidense, quien, como otros, habló bajo condición de anonimato por revelar detalles de las visitas del líder extranjero. “Después de varios viajes, quedó claro que esto era intencional”.
Una polémica que se prolonga desde 2016
En 2016, Netanyahu demandó a su propia oficina y al fiscal general de Israel en un intento de bloquear la publicación de sus facturas de lavandería bajo la ley de libertad de información del país.
El juez se puso del lado de Netanyahu, y los detalles de sus facturas de lavandería se mantienen en secreto a la espera de una apelación ante la Corte Suprema.
En las transcripciones de las declaraciones de Hefetz, asistente de Netanyahu, que compareció ante un juez, se dio a conocer de que Sara Netanyahu supuestamente llevó en viajes de estado con su esposo no menos de ocho maletas de ropa sucia para enviarlas a la tintorería en los hoteles donde se alojaban, con cargo al erario público israelí.
“No aparece nada en las facturas. Lo ocultaron de alguna manera”, dijo.
Una larga lista de cargos
Este caso de ropa sucia sigue siendo una acusación relativamente menor en comparación con la larga lista de acusaciones de corrupción que amenazan el control del poder por el líder de 70 años y provocan protestas en “Israel”.
De hecho, la justicia israelí acusa a Netanyahu de corrupción, fraude y abuso de confianza en tres casos diferentes.
El caso 1000 se refiere a acusaciones de que Netanyahu recibió “obsequios y beneficios” de benefactores multimillonarios, incluido el productor israelí de Hollywood Arnon Milchan, a cambio de varios favores.
El caso de 2000 implica acusaciones de que Netanyahu acordó con el editor de Yedioth Ahronoth, Arnon Mozes, “debilitar a un diario rival” a cambio de una cobertura más favorable de Yedioth.
El caso 4000, el más grave contra el primer ministro, involucra acusaciones de que Netanyahu “adelantó decisiones regulatorias” a Shaul Elovitch, el accionista mayoritario del gigante de las telecomunicaciones Bezeq, que se ha beneficiado con una suma de cientos de millones de dólares por ello a cambio de una cobertura positiva hacia Netanyahu en el sitio de noticias Walla, propiedad de Elovitch.
El juicio se inició en mayo y se espera que se reanude en enero.
Source: Con le1.ma