Un artículo publicado el viernes en la agencia siria SANA denuncia los intentos de Turquía por borrar la identidad nacional en las zonas ocupadas del norte de las provincias de Alepo y Hasaka.
De igual forma, subraya el apoyo de tropas turcas a grupos extremistas, entre ellos el llamado Frente Nacional de Liberación, formado por elementos del que fuera llamado Ejército Libre Sirio e implementa agendas que recuerdan al antiguo Imperio Otomano.
Esa política, argumenta la publicación, ‘comenzó desde la invasión turca de la ciudad de Afrin en marzo del 2018, cuando dieron nombres turcos a las principales plazas, pueblos y aldeas de la ciudad’ y establecieron puestos de control militar, administrativo, educacional y de salud.
‘Turquía instala a los terroristas y sus familias en las casas de las familias que fueron desplazadas por la fuerza para realizar cambios demográficos en la zona’, según testimonios citados por SANA y medios como Al Masdar o el diario Al Watan.
Esa política, indican los reportes, se extiende deliberadamente a localidades como Azaz, Al Bab y Jarablus, donde cambiaron nombres originales sirios por denominaciones turcas, cursos obligatorios de ese idioma y educativos, e incluso, la apertura de filiales de universidades del país otomano.
Desde hace más de dos años, Ankara desarrolló dos operaciones militares en territorio sirio como Rama de Olivo y Escudo del Éufrates para atacar a las fuerzas kurdas y mantiene 32 puestos de control al sur de Alepo y varias áreas de Idleb.
En esta última provincia, 320 kilómetros al norte de Damasco, las organizaciones terroristas como la Junta para la Salvación del Levante, otrora Frente Al Nusra y el Partido Islámico del Turkestán, mantienen el último bastión organizado en Siria.
Source: PL