El Líbano finalmente formó un nuevo gobierno el martes que tendrá la tarea de revivir una economía en crisis. Casi tres meses después de la renuncia de Saad Hariri y más de un mes después del nombramiento del nuevo primer ministro Hassan Diab, se presentó un gobierno compuesto por 20 ministros en el Palacio Presidencial de Baabda.
Hassan Diab, un académico de 61 años, ha prometido que su gobierno “hará todo lo posible” para responder a las demandas del movimiento de protesta que ha estado agitando al país desde el 17 de octubre, exigiendo una remodelación del sistema político y la renuncia de una clase política acusada de incompetencia y corrupción.
“Es un gobierno que expresa las aspiraciones de los manifestantes en todo el país y que trabajará para satisfacer sus demandas”, declaró Diab el martes por la noche, citando “la independencia de la justicia”, “la lucha contra enriquecimiento ilegal” y “la lucha contra el desempleo”, como algunos de sus objetivos.
El académico se comprometió a nombrar un gobierno de “tecnócratas independientes” para satisfacer las aspiraciones de los manifestantess.
“Todos los ministros de este gobierno son tecnócratas y, por lo tanto, están lejos de la política y los partidos”, dijo Diab, quien realizará su primera reunión de gabinete el miércoles.
Entre los ministros hay nombres desconocidos para el público en general, incluidos los académicos. El equipo incluye un número récord de mujeres, seis, incluida una ministra de Defensa por primera vez.
El nuevo equipo aún no ha obtenido un voto de confianza del Parlamento.
Tarea hercúlea
Para el nuevo equipo, los desafíos son múltiples, en particular a nivel económico, en un país que posee una deuda que bordea los 81.000 millones de euros, es decir, más del 150% de su Producto Interno Bruto.
Los manifestantes castigan a las autoridades que no pueden proporcionar servicios públicos básicos. De hecho, 30 años después del final de la guerra civil (1975-90), los libaneses soportan diariamente cortes de electricidad, una red de agua deficiente y una gestión desastrosa de los residuos.
El Banco Mundial advirtió en noviembre que la mitad de la población del Líbano pronto podría vivir por debajo del umbral de pobreza, en comparación con un tercio en la actualidad.
El gobierno también tendrá que abordar la depreciación de la libra libanesa, que ha perdido más de un tercio de su valor frente al dólar en las oficinas de cambio.
La tarea que enfrenta el gobierno “durante este período es hercúlea”, confirma Karim Mufti, investigador en ciencias políticas.
“Dada la naturaleza multidimensional de la crisis, parece difícil prever soluciones a corto plazo para los problemas financieros, económicos y sociales del país”, dijo.
Varios partidos prominentes se han negado a participar en la formación del gobierno, incluido la Corriente del Futuro de Saad Hariri, las Fuerzas Libanesas de Samir Geagea y el PSP del líder druso Walid Yumblatt.
Source: Al Manar