Diversas voces responsabilizaron el lunes a EEUU de orquestar y financiar con pagos a militares y policías, del golpe de Estado contra el gobierno de Evo Morales en Bolivia.
El propio Evo, desde su asilo en México no solo señala al gobierno de ese país, sino a la Organización de Estados Americanos (OEA), a la embajada estadounidense en La Paz, y sectores reaccionarios de la derecha boliviana como conductores de la asonada golpista.
‘La OEA no está al servicio de los pueblos latinoamericanos y menos de los movimientos sociales, está al servicio del imperio norteamericano’, dijo Morales en su primera rueda de prensa al llegar a México.
Asimismo, el líder indígena detalló en una entrevista al diario La Jornada que la embajada de Estados Unidos urdió el golpe y provocó el derramamiento de sangre.
Todo empezó con las discusiones para modificar la constitución para una nueva reelección con lo que él no estaba de acuerdo, tras lo cual empezó una guerra sucia con base en la mentira, la encabezó la embajada de Estados Unidos, aseguró.
En ese encadenamiento de hechos, diversas fuentes aseguran que el general Williams Kaliman quien presionó a Evo Morales a renunciar a la presidencia el pasado 10 de noviembre, fue remunerado por Estados Unidos con un millón de dólares.
Kaliman recibió ese monto de manos de Bruce Williamson, encargado de negocios de la embajada estadounidense, mientras otros generales recibieron la misma cantidad y varios jefes de policía fueron pagados con 500 mil cada uno.
Tras la autoproclamación de Jeanine Añez como presidenta interina, Kaliman fue inmediatamente reemplazado y enseguida huyó a Estados Unidos para resguardarse ante una posible investigación inmediata.
Kaliman asumió el cargo de jefe de las Fuerzas Armadas de Bolivia el 24 de diciembre de 2018, previamente había estado al mando del Ejército.
Source: Prensa Latina