Lo que ‘Israel’ más temía y durante tanto tiempo habría ocurrido: una primera operación antiisraelí habría tenido lugar en el Golán ocupado, no lejos de las docenas de sitios de inteligencia, estaciones de radar, baterías antimisiles y múltiples bases militares que el régimen israelí ha erigido en estas alturas sirias con la esperanza de poder mantener su presencia allí indefinidamente. Un soldado sionista llamado Eliezer Ashkenazi, que desapareció el domingo mientras viajaba en uniforme militar a su guarnición, fue encontrado muerto al día siguiente, es decir, el 29 de octubre, en el centro de la entidad sionista.
El comunicado del ejército, que es muy sobrio, simplemente afirma que la persona en cuestión provenía de Kfar Saba, una colonia israelí. Tel Aviv tiene la intención de construir en cadena estos asentamientos en el Golán ocupado para intentar cambiar la proporción demográfica allí, como ha intentado hacer en el resto de los territorios árabes ocupados.
En junio, Netanyahu incluso inauguró una de esas colonias bautizándola con el nombre de Trump, para rendir homenaje al presidente de EEUU, que había reconocido unas semanas antes la ocupación israelí de este territorio sirio altamente estratégico.
Unos 30.000 drusos sirios viven en el Golán ocupado. El régimen sionista los subestima creyendo que estas personas son demasiado tibias y no tendrán agallas para luchar militarmente contra el ocupante israelí.
Justo antes del anuncio de la muerte del soldado sionista, el embajador sirio ante la ONU, Bashar Yaafari, dijo que la continuación de la ocupación israelí en el Golán es imposible y que el Estado sirio se hará cargo de esta tierra, como lo hizo en el noreste de Siria.
Source: Press TV