“El dinero del pueblo es como la sangre del pueblo. Del mismo modo que hemos protegido esta sangre, nuestro propósito es también proteger el dinero”. Esta es la declaración que el diputado del bloque parlamentario Fidelidad a la Resistencia, Hassan Fadlalá, efectuó como inicio de la batalla de Hezbolá contra la corrupción, que fue prometida por su secretario general, Hassan Nasralá, durante la campaña electoral que precedió a las elecciones legislativas de mayo de 2018.
“Nuestro único adversario en esta batalla son los corruptos”, señaló en la primera sesión parlamentaria el martes 12 de febrero. “Tendemos la mano a quien quiera colaborar con nosotros”, subrayó.
El Líbano ocupa el rango 138 de entre 180 países en lo que respecta al índice de corrupción, según un informe de enero de 2019 de la ONG Transparency International, con sede en Berlín.
Esta lucha contra la corrupción está también dirigida a solucionar el problema de la deuda externa del Líbano, que alcanza los 80.000 millones de dólares. El primer ministro, Saad Hariri, se comprometió en 2018 ante las instituciones árabes y occidentales a luchar contra la corrupción con vistas a lograr un nuevo préstamo de más de 11.000 millones de dólares en el marco de un proyecto llamado Cedres.
“Hay documentos que, si se divulgan, llevarían a la cárcel muchas grandes cabezas … Los archivos están en el Ministerio de Finanzas y todas las cuentas están completas desde 1993 hasta 2015 … Le pido al Ministro Finanzas que ponga este archivo a disposición del Parlamento para que los libaneses puedan ver cómo se ha despilfarrado el dinero público… En 2019, el Líbano tendrá que pagar 6.000 millones de dólares para el servicio de la deuda. En 2021, todos los ingresos del Estado libanés no serán suficientes para pagarlo”, advirtió.
Al pedirle al gobierno que entable un diálogo con los bancos, él reveló que actualmente se están llevando a cabo negociaciones con el Banco Mundial para obtener un nuevo préstamo para financiar servicios públicos por valor 400 millones de dólares.
Sobre el tema de la electricidad, que le cuesta al Estado libanés 2.000 millones de dólares al año, el parlamentario de Hezbolá cuestionó las razones de la renuencia de algunos a aceptar la propuesta de Irán para suministrar al Líbano “electricidad de una mejor calidad y menos costosa”. “¿Será porque saben que no habrá posibilidad de obtener comisiones?”, se preguntó, mientras admitía las diferencias políticas.
Hezbolá no se hace ilusiones y espera obstáculos en la lucha por alcanzar sus objetivos en la campaña contra la corrupción. “Sabemos que vamos a tener que librar una dura batalla”, advirtió Hassan Fadlalá.
Esto no es una excepción. Durante sus más de 35 años de existencia, todas las batallas que Hezbolá ha librado han sido difíciles.
Source: Al Manar