El activista y escritor israelí Meron Benvenisti escribió en una columna de Haaretz que la primera persona en beneficiarse de las consecuencias de la decisión de Donald Trump de reconocer a Al Quds como la capital de la entidad sionista era su yerno y consejero Jared Kushner.
La orientación de los diplomáticos estadounidenses no es importante en sí misma, pero es difícil ignorar el hecho de que la administración Trump encargó a cuatro personalidades judías que se ocupen del problema palestino-israelí. Y al menos uno de los miembros del Departamento de Estado fue elegido para representar a los judíos, señaló.
Él habló de la gran influencia de los judíos en la era Clinton, quienes lograron cambiar la definición de territorios ocupados a “tierras en conflicto” en la terminología norteamericana.
Temiendo las acusaciones de “antisemitismo”, los palestinos no se atrevieron a discutir la relación de Clinton con los judíos. La condena de los crímenes del régimen de Israel en Cisjordania y Al Quds ya les hizo ganar todas los insultos.
Los medios informaron que Kushner acompañó a Trump en mayo pasado en su primer viaje a la Palestina ocupada.
Según el New York Times, poco antes del viaje, la empresa familiar Kushner propuso una inversión de 30 millones de dólares a la mayor aseguradora israelí de Tel Aviv, Menora Mivtachim.
El acuerdo, que no se ha hecho público, condujo a la construcción de 10 complejos residenciales propiedad de la Compañía Kushner en Maryland.
Aunque ha vendido muchas de sus propiedades desde que ingresó en la Casa Blanca en 2017, Kushner todavía tiene una participación significativa en el imperio de su familia, revela el New York Times.
El acuerdo entre la Compañía Kushner y Menora Mivtachim se firmó la primavera pasada, incluso después de que Jared asumiera su cargo en la Casa Blanca.
Source: Medios israelíes