La Oficina de Prensa del Gobierno en la Franja de Gaza anunció el martes que sólo 986 camiones de ayuda han entrado en la Franja desde que entró en vigor el alto el fuego, de los 6.600 camiones que debían entrar el lunes por la noche según el acuerdo.
La oficina explicó en un comunicado que el promedio de camiones que entran a Gaza diariamente no supera los 89, de un total de 600 camiones previstos. Señaló que entre los camiones que llegan a la Franja de Gaza hay 14 cargados con gas para cocinar y 28 con combustible diésel.
La oficina consideró que esta cantidad limitada de ayuda “refleja la continua política de estrangulamiento, hambre y chantaje humano practicada por la ocupación contra más de 2,4 millones de ciudadanos en la Franja de Gaza”, subrayando que las cantidades actuales “no cubren las necesidades humanitarias y de vida mínimas”.
La oficina reiteró su “urgente necesidad de un flujo regular de al menos 600 camiones de ayuda diariamente, incluyendo alimentos, suministros médicos, suministros de socorro, combustible operativo y gas para cocinar, para garantizar las necesidades mínimas de vida”.
En este contexto, el Programa Mundial de Alimentos confirmó que los suministros que han llegado a Gaza hasta el momento son suficientes para aproximadamente medio millón de personas durante sólo dos semanas, explicando que la ayuda “no está entrando al ritmo requerido, dadas las continuas restricciones de la ocupación a la circulación en los cruces y su negativa a permitir que se abran completamente”.
El lunes, las fuerzas de ocupación israelíes reanudaron la entrada de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza a través del cruce de Kerem Abu Salem, al sur de la Franja, y el cruce de Kissufim, en el centro, tras una sangrienta jornada de ataques aéreos en diversas zonas de la Franja. A pesar de eso, las autoridades de ocupación siguen cerrando el cruce de Rafah, impidiendo el desplazamiento de enfermos y heridos, así como el regreso de quienes se encuentran varados.
El portavoz de Hamas, Hazem Qassem, acusó a “Israel” de explotar la cuestión de la ayuda “como herramienta de chantaje político, mientras amenaza con volver a provocar la hambruna”.
Miles de palestinos siguen haciendo fila frente a las delante de los comedores sociales para recibir comida, con la esperanza de que la ocupación permita la entrada de alimentos básicos, como la carne y las aves de corral, que llevan meses prohibidos.
Source: Agencias (traducido por el sitio de Al Manar en español)