Tras la visita del jefe de inteligencia turco Ibrahim Kalin a Damasco la semana pasada, el ministro de Asuntos Exteriores, Hakan Fidan, llegó el domingo a la capital siria, convirtiéndose en el primer alto cargo político en reunirse con el nuevo gobernante, Ahmed al-Sharaa (alias Abu Muhammad Al-Yulani). La reunión entre ambas partes tuvo lugar en el Palacio del Pueblo, donde Fidan estuvo acompañado por el ministro adjunto de Asuntos Exteriores, Nuh Yilmaz, y el embajador turco en Damasco, Burhan Koroglu, mientras que el nuevo ministro de Asuntos Exteriores sirio, Asaad al-Sheibani, asistió a la misma.
En una conferencia de prensa conjunta celebrada después de la reunión, Al-Sharaa agradeció a Turquía por “estar al lado de Siria en sus momentos más difíciles”, y pidió a la comunidad internacional que levante las sanciones contra su país, que “fueron causadas por la presencia del régimen anterior”, y también que “preservara la unidad del territorio sirio”. “Ahora hay una lógica del Estado que es diferente de la lógica de la revolución”, afirmó, considerando que las milicias kurdas de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) deben entregar sus armas “porque no puede haber armas fuera de las armas del Estado”, y porque “el país será para todos, sin ninguna discriminación entre minorías”.
Fidan, por su parte, habló de la necesidad de redactar una nueva constitución para Siria que proteja a todas las minorías, y estipule “la existencia de una unidad interna para que Turquía pueda cumplir sus promesas hacia Siria”, y destacó “la lucha contra el terrorismo y su ausencia en el futuro de Siria, especialmente el que representan las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo”.
También subrayó la necesidad de que la nueva autoridad controle todo el territorio sirio, llamando a la comunidad internacional a ayudar a Siria. Fidan lanzó un ataque mordaz contra el antiguo régimen del Baath, que constituyó, según él, un “periodo oscuro” en la historia de Siria, al tiempo que pidió a “Israel” que detuviera sus operaciones militares en Siria.
Las dos visitas, tanto la de Kalin como la de Fidan, son sólo el preludio del acontecimiento más importante, que es la esperada visita del presidente Recep Tayyip Erdogan a Damasco, que según el periódico oficialista “Turquía” “tendrá lugar dentro de dos semanas, e incluirá un encuentro con Al-Sharaa y los grupos turcomanos, así como la oración en la mezquita de los Omeyas, como Erdogan prometió en 2012”.
A su regreso de El Cairo, el presidente turco trazó lo que podría considerarse una “hoja de ruta” para la nueva Siria, diciendo en una conversación con los periodistas que lo acompañaban que “Turquía transferirá su experiencia en la reconstrucción del Estado sirio al señor Yulani” (hasta ahora, Erdogan sólo ha utilizado el nombre Yulani en todas sus declaraciones, no Sharaa). Entre las cosas incluidas en el plan está que la prioridad absoluta es preparar una nueva constitución, mientras que Erdogan expresó su alegría por el hecho de que el mundo occidental comience a comunicarse con “Yulani”, ya que se trata de una “importante señal de confianza”.
El presidente turco, Erdogan, opinó que “en la nueva Siria no hay lugar para el terrorismo”, en referencia al rechazo de su país a cualquier fórmula de partición de cualquier tipo en la Constitución, de modo que los kurdos no se beneficien de establecer su presencia administrativa en el este del Éufrates, considerando además que “el fin del terrorismo en Siria ha comenzado a vislumbrarse en el horizonte”.
Erdogan, cuyo país tiene relaciones diplomáticas y comerciales con “Israel”, no olvidó pedir que se detengan las exportaciones de armas a la entidad y se la aísle internacionalmente. En respuesta a los elogios del presidente estadounidense Donald Trump hacia él, dijo: “Todos en el mundo, excepto la oposición en Turquía, ven las cosas como son y correctamente. Todos ven el poder y la influencia de Turquía. Turquía es más grande que Turquía. Las fronteras morales de Turquía son mucho más lejanas que sus fronteras geográficas”.
Source: Al Akhbar