La agencia rusa Sputnik ha comentado la ofensiva antiterrorista llevada a cabo por Hezbolá en las regiones de Qalamún y Arsal -en Siria y el Líbano respectivamente- y la calificado de “obra maestra militar”. Hezbolá ha sorprendido a los observadores por la rapidez y fluidez con las que ha llevado a cabo la batalla de Arsal, una región de difícil acceso y donde la victoria de Hezbolá constituye un auténtico caso de estudio en una academia militar.
Arsal está situada en la provincia de la Bekaa, en el este del Líbano, y ha sido desde hace mucho tiempo una localidad aislada donde se refugiaban los delincuentes, fugitivos y traficantes. En 2010, en la víspera de la guerra de Siria, Arsal escapó totalmente al control del gobierno libanés y cayó en las manos de los terroristas de Al Nusra, que la convirtieron en una de las principales vías de aprovisionamiento de armas y municiones hacia Siria. Al otro lado de Arsal se encuentra la provincia siria de Qalamún, una región también de difícil acceso y cubierta de nieve en gran parte del año. Arsal es la única localidad sunní en el Valle de la Bekaa shií y donde los cristianos maronitas constituyen la segunda comunidad por el número de miembros.
Esta característica hacía delicada toda operación en esta región porque podría ser presentada por los patrocinadores de los terroristas bajo el prisma de las divergencias confesionales. La noción de “frontera administrativa” no tiene sentido en Arsal, donde el tráfico y contrabando se ha intensificado incluso después del inicio de la guerra en Siria.
Cientos de refugiados sirios se han asentado en esta zona y los terroristas que se han infiltrado entre ellos. Incluso los puestos fronterizos fueron ocupados rápidamente por el Frente al Nusra, que comenzó a planear ataques con coches bomba contra el Sur de Líbano. Los terroristas takfiris detenidos después de varios atentados con coches bomba en Beirut confesaron haber recibido órdenes de su centro de mando en Arsal.
Esta tierra de nadie se convirtió así en una amenaza contra la seguridad del Líbano sin que los partidos gobernantes en Beirut se atrevieran a dar el paso y actuaran para asegurar esta región. Sin embargo, Hezbolá decidió actuar junto con el Ejército nacional, cuya función es garantizar la protección civil y asistencia en caso de peligro.
Tras el anuncio de la ofensiva, los pro-occidentales del Líbano se opusieron a la misma alegando que ella podría dar lugar a una guerra de desgaste que repercutiría en la seguridad nacional del Líbano. Sin embargo, la rapidez de la operación les ha dejado boquiabiertos.
Una operación sin precedentes
La ofensiva contra Al Nusra ha llamado la atención de los analistas, según los cuales los seis años de guerra en Siria han ayudado a provocar un “cambio” en las filas de la Resistencia: de ser una fuerza asimétrica, Hezbolá se convirtió en un ejército “táctico” capaz de “llevar a cabo operaciones complejas mejor que cualquier ejército regular.”
Arsal es un laboratorio de guerra natural. Por primera vez desde su aparición, Hezbolá actuó como un verdadero ejército “híbrido”, recurriendo tanto a la guerra asimétrica como a la guerra regular, una rareza en un mundo donde las tropas terrestres de las “grandes potencias regulares” sufren deficiencias.
Por otro lado y, por primera vez, los altos comandantes de Hezbolá llevan a cabo sus operaciones desde un cuartel general que está vinculado a consejeros militares rusos e iraníes. Combinados con los éxitos militares de las Fuerzas de Movilización Popular en Iraq (Hashid al Shaabi), que ha contribuido a la toma de Mosul, esta victoria de Arsal prueba una cosa: Occidente ya no puede ignorar a Hezbolá en el curso de las negociaciones políticas sobre el futuro de la región. Todo estado que desee batirse contra el terrorismo deberá de entenderse también con la Resistencia.
Source: Press TV