Las autoridades alemanas han criticado duramente las nuevas sanciones del Senado de EEUU contra Rusia. El viernes, la canciller alemana, Angela Merkel, endureció el tono contra las nuevas sanciones anti-rusas de EEUU y puso en guardia a los responsables norteamericanos en contra de la violación de las leyes internacionales.
El ministro de Exteriores alemán, Sigmar Gabriel, criticó también las sanciones anti-rusas aprobadas el 15 de Junio por el Senado de EEUU. El Ministerio calificó las nuevas medidas punitivas como “contrarias a las leyes internacionales”.
El portavoz del gobierno alemán, Steffen Seibert, calificó de “extraño” el hecho de que el embargo impuesto a Rusia haya tomado como objetivo a la economía de Europa. “Esto no se debe producir”, señaló.
Alemania parece, pues, dispuesta a tomar medidas para apoyar a sus empresas que están inmersas, entre otros proyectos, en el Gaseoducto Nord Stream 2, que unirá Rusia con Alemania a través del Mar Báltico.
Aunque las sanciones utilizaron argumentos como la supuesta injerencia rusa en las elecciones presidenciales de EEUU, la anexión de Crimea y el apoyo ruso a Siria, lo cierto es que su contenido va dirigido explícitamente a “potenciar la venta de gas licuado de EEUU a Europa y marginar los suministros de gas rusos al mercado europeo”, lo cual supone la utilización de una legislación punitiva para lograr fines comerciales, algo que viola el Derecho Internacional.
El 15 de Junio, Gabriel y el canciller austriaco, Christian Kern, publicaron un comunicado conjunto en el que manifestaron que la decisión del Senado de EEUU de sancionar a las sociedades extranjeras implicadas en el proyecto de gaseoducto Nord Stream 2 podría atentar contra las relaciones entre Europa y EEUU.
“No podemos aceptar que las sanciones ilegales y extraterritoriales amenacen a las sociedades europeas”, señalaron. Ellos añadieron que las penalizaciones a empresas europeas sería algo “extremadamente negativo para las relaciones entre Europa y EEUU”.
Según la agencia de noticias rusa Sputnik, “el Senado de EEUU aprobó el miércoles 14 junio una ley que permite al presidente sancionar a las empresas que en ocasiones hayan invertido más de un millón de dólares en la construcción de gaseoductos rusos destinados a la exportación o concedido a Rusia equipos, tecnología o servicios para realizar el trabajo. Según el texto, la cantidad máxima anual de estas operaciones no podrá exceder de cinco millones de dólares”.
Varias grandes empresas europeas trabajan en el proyecto del Nord Stream 2, incluyendo la compañía gigante alemana de gas y petróleo Wintershall, la Royal Dutch Shell, la austríaca OMV y la francesa Engie.
La ministra alemana de Economía, Brigitte Zypries, dijo que Berlín tendría que pensar en contramedidas si Trump respaldaba el plan. “Si lo hace, tendremos que considerar qué hacer contra esto”, dijo a Reuters.
Los vínculos entre Washington y Berlín estaban ya dañados después de que Trump culpara a Alemania por mantener un gran superávit comercial con EEUU. Otros países europeos también se han sentido alienados por la decisión de la Administración Trump de abandonar el Acuerdo de París para combatir el cambio climático.
Hace casi un mes, Merkel pronunció un discurso en una cervecería en Munich en el que señaló que Europa ya no podía confiar en EEUU y el Reino Unido y dijo que “los tiempos en los que dependíamos completamente de otros ya pertenecen al pasado”. “Los europeos debemos tomar nuestro destino en nuestras propias manos”, añadió.
Desde entonces, el gobierno alemán ha trabajado sistemáticamente para expandir sus relaciones políticas y económicas. Tras las visitas del primer ministro chino, Li Keqiang, y el primer ministro indio, Narendra Modi, a Berlín a principios de mes, Merkel visitó Argentina y México la pasada semana y el gobierno alemán organizó una gran conferencia sobre África a principios de esta semana.
Hace unos días, Gabriel criticó las acciones de Arabia Saudí, apoyadas por EEUU, contra Qatar. En una declaración, Gabriel defendió al emirato y advirtió contra una “Trumpificación” de las relaciones en la región. Él señaló que “ésta es una política completamente errónea y no es ciertamente la política de Alemania”.
Source: Varias