En un mensaje enviado al 12º foro internacional celebrado en Teherán, el secretario general de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasralá, dijo que la Operación Inundación de Al-Aqsa ha calado profundamente en la conciencia de los sionistas como una derrota indeleble.
“El mito se ha hecho añicos, el modelo se ha roto, el prestigio se ha desvanecido, el proyecto se ha tambaleado y el tema que trabajaron durante mucho tiempo para suprimir ha vuelto a lo más alto de todos los foros del mundo”, afirmó en este mensaje leído por el representante de Hezbolá en Teherán, Abdallah Safiddin.
Texto del discurso:
El título de su conferencia “Gaza, el símbolo de la resistencia” y su momento, en una etapa histórica fatídica en la que la resistencia palestina está comprometida en una gran confrontación contra la guerra de exterminio sionista, ilustran el significado de la responsabilidad de sus organizadores y su preocupación por apoyar al pueblo palestino, su causa y su valiente resistencia. Lo que nos corresponde a nosotros son enormes responsabilidades y una movilización continua para animar las capacidades de la umma en apoyo del pueblo palestino y su valiente resistencia hoy, con sus sacrificios, su heroísmo y la sangre de sus hombres, y la firmeza y perseverancia de su pueblo, así como para preservar el futuro de la propia umma.
Lo que “Israel” ha perdido en Gaza hasta ahora en oficiales y soldados a manos de los grupos de resistencia palestinos es varias veces superior a lo que perdió en la guerra de 1967. El ejército israelí, que había ocupado en seis días más de 6.900 kilómetros, está hoy derrotado en una parte de la región de Gaza, y es incapaz de lograr un solo objetivo o declarar que se acerca a la victoria. Por el contrario, retrocede y se retrae para hacer la transición a una nueva etapa. Por tanto, es natural y muy acertado que el título de la conferencia sea “Gaza, símbolo de la resistencia”. Sí, Gaza hoy es el símbolo porque en Gaza hay una resistencia honesta, con iniciativa y honorable.
Desde la ocupación de Palestina, el enemigo y sus amos han trabajado en dos vías: la primera es la de legitimar la ocupación a nivel internacional y pulir su imagen para mostrarla como un modelo civilizado que puede ser imitado como ejemplo para la región. En esta primera vía, han logrado éxitos notables debido a sus capacidades y dominio sobre las principales instituciones internacionales y regímenes occidentales y sus fuerzas efectivas e influyentes. Mientras que la otra vía consistía en debilitar y estrangular la resistencia del pueblo palestino y liquidar su causa para sacarlo del escenario mundial, confiando en su capacidad para eliminar a las fuerzas de resistencia y optando por una normalización que asegurara la retirada de los regímenes árabes influyentes del escenario de la confrontación”.
La opción de la normalización era y sigue siendo un proyecto para limitar la voluntad de la umma, un proyecto para dilapidar su causa central y un proyecto para romper la unidad de sus políticas hasta que la cuestión de Palestina, que es la causa de la umma, se transforme casi en una cuestión exclusivamente palestina, extranjera, huérfana entre sus pueblos propios y hermanos. La opción de la normalización con el enemigo ha puesto en el punto de mira la causa palestina y el derecho del pueblo palestino a su tierra, incluso en peligro inminente, y en una senda descendente. Esta opción supone una conspiración y una traición al pueblo palestino y el abandono sus derechos, su causa, su resistencia y su futuro.
En esos momentos fatídicos, la Inundación de Al Aqsa intervino para cambiar todas las cartas y todos los cálculos y transformar la amenaza en una oportunidad existencial avanzada. Supuso un punto de inflexión en los procesos en los que los enemigos habían estado trabajando durante mucho tiempo… La Inundación de Al-Aqsa caló profundamente como una derrota indeleble en la mente de los sionistas: El mito se ha hecho añicos, el modelo se ha roto, el prestigio se ha desvanecido, el proyecto se ha tambaleado y la causa contra la que trabajaron durante mucho tiempo para suprimirla ha vuelto a lo más alto de todos los foros del mundo, para despertar al mundo nuevamente, para restaurar el impulso y la presencia rotunda del tema de Palestina constituyéndose como un problema global, extendido y presente en toda la geografía del mundo y todos sus corredores”.
La operación Inundación de Al-Aqsa ha asestado un duro golpe a todos los intentos de anular la cuestión de Palestina… La causa, contra la cual conspiraron tanto en Occidente como en Oriente, incluidas innumerables personas lejanas y aquellas que están más cerca, no habría sobrevivido sin su resistencia, su fusil y sus sacrificios… Nadie está presente en este mundo brutal y feroz sin su resistencia armada con la fuerza, la fe y la voluntad de resistir y perseverar. Ella no puede ser vencida, no importa cuán brutal sea el enemigo.
El enemigo israelí, que hoy continúa con sus masacres y crímenes, matando a decenas de miles de niños y mujeres, librando una guerra de exterminio total contra seres humanos, incluso contra cualquier cosa animada o inanimada, y cometiendo las atrocidades más terribles y graves de la historia moderna, hace todo esto para tapar las derrotas con masacres. A través de las imágenes de matanzas y destrucción, quiere borrar la imagen de “Israel” humillado el 7 de octubre y vengar el golpe a su proyecto, por el que él y sus amos han desplegado todos sus esfuerzos durante más de 50 años.
Occidente, en su ofensiva contra nuestra región, liderada por EEUU y Gran Bretaña, ha agotado el cuerpo y el pensamiento de la umma con proyectos de fragmentación, desinformación y engaño, utilizando herramientas toscas, plumas culpables, voces contratadas y mentes reclutadas. A través del sectarismo, el racismo y el comunitarismo, ha dividido todo lo que estaba unificado y ha profundizado las divisiones dentro de lo que estaba fragmentado. Como resultado, los puntos en común de la gran umma han sido eclipsados en favor de pequeñas diferencias en una etapa en la que la identidad, las capacidades, el papel y la existencia de la umma enfrentan profundos desafíos… Han trabajado para separar a nuestro pueblo y ocuparlo con los problemas de la fragmentación. Solo Palestina siguió siendo la garantía de su unidad, el camino de su convergencia, la base de su despertar y el paso de tránsito hacia el futuro con el que sueña nuestro pueblo, el futuro de la seguridad, la dignidad, la libertad, la soberanía, la estabilidad y el bienestar.
Después de décadas de esfuerzos concentrados con el pleno apoyo de EEUU y Occidente para desmembrar, fragmentar y disolver la causa palestina, el apoyo a Gaza ha llegado desde escenarios como el Líbano, Siria, Iraq, Irán y Yemen y resultó ser mucho mayor que las predicciones del enemigo. Las facciones de la Resistencia lograron sitiar a fuego a la entidad usurpadora durante más de 100 días, lo que no tiene precedentes.
La sangre de los mártires que apoyaron a Gaza en el Líbano, la sangre de los mártires que apoyaron a Gaza en Siria, la sangre de los mártires que apoyaron a Gaza en Iraq, la sangre de los mártires que apoyaron a Gaza en Yemen, la sangre de los mártires que apoyaron a Gaza en Irán, la última de las cuales fue la sangre del mayor general Radhi Musawi, toda esta sangre se une, se fusiona y se integra con la sangre de los mártires de Gaza y Cisjordania. Es la unidad de sangre, armas, escenario y objetivo lo que preocupa a nuestros enemigos, y debemos seguir trabajando para intensificarla, profundizarla y ampliarla. Cualquiera que piense que esta umma tiene más opción que resistir está equivocado y engañado.
“Israel” no ocupó Palestina mediante la diplomacia, sino mediante las armas y la fuerza, no ocupó Beirut en 1982 mediante la diplomacia, sino mediante las armas y la fuerza, y hoy no amenaza a la umma no con la diplomacia, sino con las armas y la fuerza. “Israel” no se retiró del Líbano en 1982 mediante la diplomacia, sino bajo los golpes de la resistencia. Asimismo, no se retirará de Gaza y Palestina mediante la diplomacia, sino mediante la resistencia. Como nación no tenemos más remedio que resistir, no tenemos más que la resistencia, no tenemos nada por lo que apostar más que la resistencia.
El enfrentamiento con el enemigo no es un enfrentamiento de un día, sino un enfrentamiento continuo, permanente y acumulativo. Debemos permanecer presentes en este enfrentamiento. La movilización de las flotas de los países arrogantes en apoyo de “Israel” confirma su debilidad y el terremoto que anticipaba, lo que debería reforzar nuestra voluntad de mantener la opción de la resistencia. Si las condiciones para la liberación de Palestina no existen hoy, debemos prepararnos para mañana y pasado mañana.
Apostar por las instituciones internacionales y la llamada comunidad internacional, como ustedes y nosotros hemos presenciado repetidamente, es una apuesta fallida y decepcionante que sólo ha producido dolor, pérdida, desilusión y amargura. Estas instituciones internacionales están fuera de juego porque dependen de la voluntad de la administración estadounidense. La última farsa y complicidad de estas instituciones fue la condena a Yemen por atacar barcos israelíes en apoyo a Gaza y la concesión de una cobertura a la ofensiva estadounidense-británica contra los hermanos de Ansarulá, y el hecho de haber ignorado con insolencia e hipocresía a millones de palestinos, mártires, heridos, arrestados, hambrientos, sedientos o desplazados a plena luz del día, tras las masacres y agresiones israelíes.
Desde su bendita conferencia, quisiera agradecer a los hermanos de la República Islámica del Irán, a sus líderes y a su pueblo, por sus posturas pioneras de apoyo y por las posiciones veraces y sabias de Su Eminencia el Imam Rector, el Ayatolá Ali Jamenei. Agradezco su conferencia, su posición y su apoyo a la resistencia. La resistencia islámica en el Líbano ha prometido permanecer en la posición de apoyar a Gaza hasta que Gaza obtenga la victoria. Hemos jurado a nuestro gran Imam Jomeini preservar sus mandamientos, continuar su línea y seguir su camino, cuyo resultado no será otro que la victoria, el orgullo y la dignidad.
Source: Al Manar