El encuentro del 16 de febrero último entre locoloo, junto a la firma de un acuerdo de alcance parcial comercial, reafirmó el compromiso de los Gobiernos de Venezuela y Colombia de avanzar en la cooperación estratégica con la mirada puesta en la frontera binacional.
Y es que la voluntad de los mandatarios de ampliar el comercio, la inversión y el desarrollo económico busca, en primer lugar, beneficiar a los habitantes de uno y otro lado de la línea divisoria, más de dos mil 219 kilómetros de espacio limítrofe que por años fue punto de desencuentro.
Por eso tiene mucho de simbólico que el encuentro entre Maduro y Petro fueraprecisamente en el puente internacional Atanasio Girardot, en el occidental estado de Táchira, donde en septiembre último confluyeron las máximas autoridades de ambos países por vez primera, luego del restablecimiento de las relaciones en agosto pasado.
Aunque el gobernante neogranadino reconoció que “aún hay mucho por hacer”, porque no se trata solo de comercio, sino de pueblos que puedan pasar y venir, sobre todo los que viven en las fronteras, mucho se avanzó en los últimos meses, como señaló el Gobierno bolivariano.
Un comunicado de la Cancillería venezolana indicó que la apertura total de la frontera para la integración entre Colombia y Venezuela alcanza “un consistente marco político, institucional y social”.
El texto remarcó que los convenios rubricados por Caracas y Bogotá conducirán a cerrar la brecha social que se profundizó en materia de pobreza, desempleo e ingresos en la zona fronteriza, y promoverán, fundamentalmente y de manera acelerada, la complementación productiva y la creación de puestos de trabajo.
De igual forma, brindarán una mayor seguridad social para los ciudadanos en un contexto de justicia social y promoción de la paz.
Ambos jefes de Estado lograron, en seis meses, reconstruir los históricos lazos de hermandad y cooperación, “superando casi siete años de oscuridad y ausencia de relaciones diplomáticas, económicas, comerciales y sociales”, aseveró.
También, y por primera vez, suscribieron un Tratado de Protección y Promoción de Inversiones entre los dos países.
Los hechos anteriores fortalecen no solo las relaciones comerciales y de inversión, sino lo más esencial: la institucionalidad y seguridad jurídica para los agentes económicos y sociales.
El propio Maduro admitió que “vientos frescos soplan para el reencuentro, la reunificación de lo que jamás debió estar roto”.
Ahora, un nuevo reto se avizora con la propuesta del gobernante venezolano de instalar un equipo donde participen los gobernadores y alcaldes delas regionesfronterizas para proyectar lo que sería “un paso histórico gigantesco”: la creación de una Zona de Desarrollo Económico.
Source: Prensa Latina