Decenas de iraquíes han expulsado a un grupo de empleados de la embajada de EEUU cuando intentaban participar en un evento cultural en conmemoración del alto comandante antiterrorista iraní, el general Qassem Soleimani, y su compañero de trinchera iraquí Abu Mahdi al-Muhandis, quienes fueron asesinados en un ataque con drones estadounidenses cerca del aeropuerto de Bagdad hace más de dos años.
Los delegados fueron humillados y tuvieron que abandonar la ceremonia en el Monumento a los Mártires en la capital, Bagdad, el viernes, luego de que los participantes se opusieran enérgicamente a su presencia y gritaran “EEUU es el gran Satanás”.
El 27 de noviembre, un total de 78 iraquíes presentaron una demanda contra el ex presidente estadounidense Donald Trump, el ex secretario de Estado Mike Pompeo, el ex embajador estadounidense en Bagdad Matthew H. Tueller, el ex primer ministro iraquí Mustafa al-Kadhimi y ex director del Centro Nacional de Operaciones Dhia al-Musawi en relación al asesinato del general Soleimani y Muhandis, registrando su caso en el Tribunal Federal de Apelaciones en la capital Bagdad.
Entre los denunciantes se encuentra Muhammad Hassan Yaafar, hermano de Muhandis.
El general Soleimani, comandante de la Fuerza Al-Quds del Cuerpo de Guardias de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, Abu Mahdi al-Muhandis, el segundo al mando de las Fuerzas de Movilización Popular (PMU) de Iraq, y sus compañeros fueron asesinados en un ataque con drones estadounidenses autorizado por Trump cerca del Aeropuerto Internacional de Bagdad el 3 de enero de 2020.
Dos días después del ataque, los legisladores iraquíes aprobaron un proyecto de ley que requería que el gobierno pusiera fin a la presencia de todas las fuerzas militares extranjeras dirigidas por EEUU en el país.
Ambos comandantes fueron muy respetados en todo Oriente Medio debido a su papel clave en la lucha contra el grupo terrorista Daesh en la región, particularmente en Iraq y Siria.
El 8 de enero de 2020, el CGRI apuntó a la base Ain al-Asad dirigida por EEUU en la provincia occidental iraquí de Al-Anbar con una ola de ataques con misiles en represalia por el asesinato del general Soleimani.
Según el Pentágono, más de 100 soldados estadounidenses sufrieron “lesiones cerebrales traumáticas” durante el ataque a la base. El CGRI, sin embargo, dice que Washington usa el término para enmascarar el número de estadounidenses que perecieron durante el ataque.
Irán ha descrito el ataque con misiles contra Ain al-Assad como una “primera bofetada”.
Source: Press TV