Otro golpe a los enemigos de la República Islámica de Irán, que buscaban socavar la seguridad nacional de Irán. Los llamamientos a una huelga de tres días instando a los dueños de negocios y comerciantes a cerrar sus tiendas han enfrentado un enorme fracaso.
En el último día de la llamada “huelga nacional”, al igual que los dos primeros días, los negocios en la capital, Teherán, estaban abiertos y los negocios funcionaban como de costumbre. La gente estaba en las calles, comprando lo que necesitaba. Esto indica que los iraníes rechazaron la reciente convocatoria de huelga de los enemigos de la República Islámica de Irán y, en cambio, condenaron sus actividades destructivas, como amenazas a los comerciantes.
En los pasados meses, grupos de alborotadores atacaron brutalmente a los guardias de seguridad y causaron daños masivos a la propiedad pública y privada mientras los países occidentales, especialmente EEUU, los apoyaban.
Las autoridades iraníes dicen que los alborotadores dañaron automóviles, casas y propiedades públicas y privadas. Tiendas y comercios fueron saqueados y quemados. Según las estadísticas oficiales, los disturbios en Irán resultaron en más de cuarenta millones de dólares en daños.
Sin embargo, estos disturbios se han ido diluyendo y, en la actualidad, las ciudades iraníes gozan de tranquilidad. Varios individuos que trataban de fomentar los disturbios han sido detenidos y comparecen ante la justicia.
Así, el plan del enemigo para reavivar los disturbios terminó en un fracaso, ya que la mayoría de los negocios permanecieron abiertos y se dedicaron a sus actividades diarias con normalidad.
Source: Diversas