Durante la guerra de agresión contra Yemen lanzada por Arabia Saudí y sus aliados se han producido graves crímenes contra la población yemení. Además del bloqueo, que ha sido el causante de la mayor crisis humanitaria reciente en el mundo, los bombardeos saudíes contra objetivos civiles y barrios residenciales han causado la muerte de decenas de miles de personas, incluyendo mujeres y niños.
Un informe de la ONU publicado en agosto de 2018 señaló en este sentido que Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos cometieron “violaciones contra civiles que pueden equivaler a crímenes de guerra”.
El informe indica que las fuerzas saudíes y emiratíes han matado a miles de civiles en ataques aéreos, torturado a detenidos, violado a civiles y utilizado a niños hasta de ocho años como soldados. Las dos naciones han atacado repetidamente áreas residenciales y existe “poca evidencia de cualquier intento de minimizar las bajas civiles”.
El informe también se refirió a los ataques contra campos de refugiados y hospitales. Él indica que los ataques aéreos saudíes y emiratíes causaron la mayor parte de las bajas civiles y señaló que ellos han ido dirigidos contra áreas residenciales, mercados, funerales, bodas, prisiones, barcos e instalaciones médicas.
El informe de la ONU refleja en gran medida otro de Human Rights Watch publicado en las mismas fechas, que también señala que la coalición liderada por Arabia Saudí no había detenido las violaciones de los derechos humanos y estaba llevando a cabo investigaciones que carecían de credibilidad.
Los informes anteriores de la ONU no fueron bien recibidos por los saudíes y, en esos casos, sus irritadas gestiones ante el Consejo de Seguridad y el respaldo de EEUU obligaron a las Naciones Unidas a retirarlos, a pesar de no existir ningún fallo en ellos.
Uno de los peores ataques contra civiles en esta guerra fue el ataque contra un mercado yemení en Mustaba, al noroeste de Yemen. El Alto Comisionado de la ONU sobre Derechos Humanos, Zaid Ra´ad al Hussein, condenó al gobierno saudí por el ataque, que causó la muerte a 119 civiles. Él señaló que tal acción equivale a un crimen de guerra u otro “crimen internacional”.
Hussein señaló que los ataques saudíes causan un gran número de muertos civiles en la actual guerra de Yemen.
“Ellos han atacado mercados, hospitales, clínicas, escuelas, fábricas, celebraciones de boda y cientos de viviendas civiles”, indicó Hussein.
Uno de los aspectos peores de la agresión saudí fueron las matanzas de niños. El 7 de abril de 2019 de una docena de civiles, la mayoría de ellos escolares, fueron asesinados en la provincia de Sanaa, en el centro-oeste de Yemen, y en la provincia de Ta’izz, en el suroeste del país.
Youssef al Hazzari, portavoz del Ministerio de Salud Pública y Población de Yemen, dijo que al menos 13 personas perdieron la vida y otras 92 resultaron heridas después de que aviones de combate saudíes lanzaran ataques aéreos contra un área del distrito de Sawan de Sanaa, la capital, el domingo por la tarde. Él dijo que la mayoría de las víctimas eran escolares.
Hazzari también condenó el incidente como un crimen de guerra, y dijo: “En el Día Mundial de la Salud, el 7 de abril, que lleva el eslogan “Salud para todos”, la coalición de agresión liderada por los saudíes conmemoró el evento de una manera bien conocida”.
Mientras tanto, el ministro de Salud de Yemen, Taha al Mutawakel, dijo que la masacre supuso una violación de los tratados y leyes internacionales y humanitarios.
Mutawakel reiteró que el hecho de que la comunidad internacional no impusiera sanciones contra los perpetradores de tales crímenes los alentó a continuar atacando a los civiles yemeníes.
El responsable yemení pidió a las organizaciones humanitarias internacionales que condenaran la masacre, que no guardaran silencio en relación a los crímenes cometidos contra la nación yemení y que presionaran para detener la agresión liderada por los saudíes.
El ministro de salud de Yemen destacó además la importancia de las medidas efectivas para hacer que los responsables de estos crímenes rindieran cuentas ante los tribunales internacionales.
Arabia Saudí y varios de sus aliados regionales lanzaron la devastadora campaña contra Yemen en marzo de 2015, con el objetivo de llevar al poder al ex presidente Abd Rabbo Mansur Hadi y aplastar el movimiento huzí Ansarulá. Sin embargo, cosecharon un fracaso militar contra las fuerzas yemeníes.
Organizaciones como la ONU denunciaron también los efectos del bloqueo. Un informe de un panel de expertos de la ONU pidió en febrero de 2016 una investigación formal sobre los ataques contra civiles y los efectos del bloqueo del régimen saudí contra Yemen.
El informe de un panel de expertos de la ONU pidió una investigación formal sobre las violaciones a los derechos humanos cometidas por el régimen saudí en Yemen y denunció que Arabia está “provocando deliberadamente una hambruna mortal” entre los civiles yemeníes y atacándolos desde el aire “de una manera amplia y sistemática”.
El informe documenta 119 ataques contra civiles que constituyeron “violaciones contra el Derecho Internacional” y “crímenes contra la humanidad”. Ellos también condenaron a Arabia Saudí por no respetar ninguno de los ceses del fuego que fueron pactados con la otra parte.
El Departamento de Estado de EEUU se negó también a discutir el informe porque “se suponía que no sería hecho público” y señaló que estaba preocupado por las “alegaciones de abusos”. EEUU apoyó, sin embargo, la guerra saudí contra Yemen y continúa proporcionando a Riad armas y equipo de apoyo logístico.
Por su parte, la organización pro-derechos humanos Human Rights Watch denunció asimismo que Arabia Saudí utilizó bombas de racimo en Yemen, ignorando completamente las normas internacionales.
HRW denunció en una declaración dada a conocer el 14 de febrero de 2016 que la compañía que fabricó estas bombas es la Textron Systems Corporation de Wilmington, Massachusetts.
“Arabia Saudí y sus socios de coalición, así como su abastecedor estadounidense están ignorando abiertamente los criterios internacionales que señalan que las municiones de racimo no deben ser utilizadas bajo ninguna circunstancia”, dijo Steve Goose, director del departamento sobre armas en Human Rights Watch y presidente de la Coalición para la Prohibición de las Municiones de Racimo. Hasta ahora, 118 países han prohibido esta munición debido a la amenaza que supone para los civiles que se hayan en zonas de conflicto durante el período del bombardeo y después.
HRW, Amnistía Internacional y la ONU han reunido gran número de evidencias tras entrevistarse con testigos y víctimas y las han documentado en vídeos y fotografías que demuestran la utilización de este tipo de municiones en Yemen.
El ex secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, señaló también que el uso de las bombas de racimo equivale a un crimen de guerra.
Sin embargo, EEUU y el Reino Unido mantuvieron su apoyo a la campaña saudí y, según diversas informaciones, colaboraron también en la selección de los blancos de los ataques aéreos saudíes.
Con motivo de esclarecer estos crímenes, el sitio de Al-Manar desea publicar un mapa con lugares y fechas donde ellos han tenido lugar.
https://spanish.almanar.com.lb/yemen-map
Source: Al Manar