En las últimas horas del 8 de septiembre, una nueva ola de ataques aéreos rusos tuvo como objetivo la región del Gran Idleb, en el noroeste de Siria.
Los ataques aéreos se dirigieron a posiciones del Hayat Tahrir al-Sham (HTS), afiliado a Al-Qaida, el gobernante de facto de la región, en las afueras de la ciudad de Hafsaryah, en el campo occidental de Idleb.
Los ataques aéreos causaron daños. Sin embargo, no se reportaron bajas. Por la mañana, más de 12 ataques aéreos rusos apuntaron a posiciones del HTS en Hafsaryah y las ciudades cercanas de Sheij Yousef, Siyer y Gafar. Siete personas murieron y al menos otras 12 resultaron heridas. Al parecer, algunas de las víctimas eran miembros del grupo terrorista.
El Ejército sirio también lanzó por la mañana un misil balístico táctico OTR-21 Tochka contra la llanura de al-Rug en el campo occidental de Idleb, donde el HTS mantiene una red de posiciones. Los ataques aéreos rusos y el lanzamiento del misil sirio se produjeron después de una serie de violaciones del alto el fuego por parte del HTS y sus aliados.
Los terroristas mataron a cuatro soldados sirios e hirieron a otros cuatro durante la semana pasada, según el Centro Ruso de Reconciliación en Siria.
A pesar de los acontecimientos recientes, el alto el fuego en el Gran Idleb, que fue negociado hace más de dos años por Rusia y Turquía, todavía se mantiene.
Siria y Rusia están usando la fuerza para mantener la presión sobre el HTS a fin de evitar que la situación en el Gran Idleb se salga de control. Mientras tanto, Turquía, que mantiene una gran fuerza en la región, sigue al margen.
Source: southfront.org