El representante permanente de Rusia ante la ONU, Vasili Nebenzia, recordó que Estados Unidos cometió crímenes de guerra en Afganistán y luego abandonó la nación a su suerte, reseñaron hoy medios locales.
«Lamentablemente, a pesar de los informes de varias organizaciones no gubernamentales independientes sobre estos atroces crímenes de guerra para buscar justicia y llevar a los autores ante la ley, las investigaciones nunca se llevaron a cabo debido al burdo chantaje de Washington», afirmó el diplomático, citado por RIA Novosti.
Nebenzia destacó en una reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, realizada la víspera, que entre las atroces acciones de las tropas del Pentágono en el país surasiático están las «incursiones nocturnas y ejecuciones extrajudiciales de civiles, incluso mujeres y niños».
Asimismo, denunció que “los estadounidenses entraron en Afganistán con una misión específica: luchar contra el terrorismo», pero, «en realidad, su llegada no hizo más que reforzar el estatus del país como foco de terrorismo y centro de producción y distribución de drogas», reportó la agencia TASS.
Por otra parte, el representante ruso añadió que, paralelamente, en territorio afgano el grupo extremista Estado Islámico surgió y estableció firmemente su influencia.
En ese sentido, denunció que todos los llamamientos de Moscú para poner de relieve la creciente amenaza de dicha organización terrorista en Afganistán, “se toparon con un feroz deseo por parte de los socios occidentales de restar importancia a la cuestión o esconderla por completo bajo la alfombra”, lamentó.
En este contexto, Nebenzia arremetió contra su homóloga estadounidense, Linda Thomas-Greenfield, por sugerir que China y Rusia deberían «aportar» para resolver los problemas de la nación surasiática.
«Estamos llamados a contribuir a la reconstrucción de un país cuya economía fue prácticamente destruida por 20 años de ocupación por parte de Estados Unidos y la OTAN. Así que en lugar de admitir sus errores y tratar de corregirlos, ahora Washington nos culpa de no querer pagar las facturas de los demás», refutó el diplomático.
Afganistán sigue sumergido en una profunda crisis, tras dos décadas de conflicto armado entre el movimiento talibán y los Gobiernos que se sustentaban en el apoyo militar de Estados Unidos y otros países de la Alianza Atlántica.
A mediados de agosto de 2021, los talibanes tomaron la capital, Kabul, precipitando la huida del presidente Ashraf Ghani y a principios de septiembre formaron un Gobierno interino liderado por Mohammad Hassan Akhund, uno de los fundadores del grupo insurgente.
Source: PL