Veinte días después de nuevas tensiones en la región de Kosovo, el jefe de la Alianza Atlántica planteó la posibilidad de una intervención de la “fuerza de paz de la OTAN en Kosovo”.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, instó a los líderes de Serbia y Kosovo, con quienes se reunió en Bruselas el 17 de agosto, a “dialogar de buena fe (para) evitar una nueva escalada”. “Corresponde (…) a los funcionarios de Belgrado y Prístina evitar una mayor escalada. Hago un llamamiento a todas las partes para que muestren moderación y eviten la violencia”, dijo el jefe de la Alianza Atlántica durante una conferencia de prensa junto al jefe de Estado serbio, Aleksandar Vucic.
Jens Stoltenberg, sin embargo, no se contentó con recomendaciones, planteando la posibilidad de un enfrentamiento militar: según él, de hecho, la “fuerza de mantenimiento de la paz de la OTAN en Kosovo” (Kfor) está “lista para intervenir si la estabilidad se ve amenazada”, en particular para garantizar la “libertad de circulación de todos los habitantes” en el territorio reclamado por Serbia.
Jens Stoltenberg se reunió luego con el primer ministro kosovar, Albin Kurti, unos veinte días después de un nuevo recrudecimiento de las tensiones entre las poblaciones serbia y albanesa de Kosovo. Las autoridades de Prístina habían anunciado a fines de julio una medida destinada a declarar inválidos los documentos de identidad serbios en la región a partir del 1 de agosto. Finalmente, hicieron saber, en la noche del 31 de julio al 1 de agosto, que renunciaban temporalmente a la entrada en vigor de esta medida, aplazando su aplicación hasta el 1 de septiembre.
“La policía y el ejército serbios nunca cruzaron” la frontera con Kosovo durante los incidentes de julio, dijo Aleksandar Vucic el 17 de agosto. El presidente serbio acusó a Prístina de “haber mentido en este punto como en todo lo demás durante 180 días, invocando un ataque (…) que nunca se ha producido ni se producirá”.
Como recordatorio, Kosovo declaró unilateralmente su independencia de Serbia en 2008. Es reconocido por EEUU y la mayoría de los países occidentales, pero no por Serbia, Rusia, China, India e incluso España.
Source: Press TV