El escritor y periodista cristiano jordano, Nahed Hattar, fue asesinado en Ammán (Jordania) por terroristas takfiris por decir una palabra justa. Este es uno de sus artículos publicado el 25 de mayo de 2013 en el periódico Al Akhbar, número 2012:
“Estoy en deuda con vosotros, queridos hermanos y compañeros, con vuestras madres, padres, esposas, hijos, con vuestro gran partido… el partido de Dios, de Cristo, de Mohammad, de Alí y de Hussein, el partido de Marx, de Engels y de Lenin, el partido de Michel Aflak y de Antón Saada y de Fahd, el partido de Nasser y de Hafez Al Asad, ¡el corazón armado del Movimiento de Liberación Nacional Árabe!. Vuestra sangre derramada y que se sigue derramando en Syria es insustituible, humana y heroicamente. Me avergüenzo de no ser un mártir, y me avergüenzo porque mi fusil de palabras está en las trincheras de Damasco, y porque mi tinta – no mi sangre- corre haciendo frente a la brutal agresión sobre Al Sham; pero en vuestra sangre, ¡Oh hombres de Dios!, el Dios Absoluto, ¡oh hombres del Absoluto!, ¡oh combatientes del Oriente multicivilizado!, hay un significado histórico que los liberales del sionismo – wahabí no alcanzan a comprender, porque la batalla es una por la liberación, la justicia y la humanidad, desde Maroun al Ras hasta Al Quseir, hasta el Golán y hasta Jerusalén. Estoy en deuda con vosotros.
Desde el corazón de mi patria amenazada con los proyectos sionistas, en los callejones de mi ciudad Al Salt, sobre la que los israelíes guardan planes de ocupación de sus colinas, os debo la deuda de la resistencia y del antecedente de la liberación que salvó nuestras mentes de la fobia de Israel, del espejismo de la inevitable ocupación y de la sumisión.¡Estoy en deuda con vosotros … y mis ojos se llenan de lágrimas! ¿ Me permitís este momento de añoranza?, porque también tengo corazón de luchador. Mi cuerpo se cubrió de heridas y no protesté… pero derramo lágrimas en agradecimiento a los que ofrecen su tierna juventud para que yo pueda ser árabe… y cristiano, shií, sunní, alauí, druso, ismailí y secular, y para poder vivir como quiera, a mi manera en la tierra de mis antepasados, gracias a vuestros padres que presentan ofrendas para no sacrificar a mis hijos en función de su identidad. Agradezco a vuestra fe teñida de martirio para que yo pueda ser marxista, opositor, soñador, enamorado y pecador, y que pueda morir como quiera, abrazado a una parra en Al Salt, bajo un sol de arabismo, y para no morir como extranjero en una tierra fría y extraña, migrado y desplazado.
Este es el marxismo en su esencia cuando no se extravía la brújula de la política y de las armas, y cuando las armas sólo apuntan a los pechos de los agresores, imperialistas, sionistas, takfiris y otomanos. Esta es la dialéctica global de Oriente; cuando un creyente cae mártir por un secular. Este es el nacionalismo en su integridad, cuando los jóvenes libaneses, creyentes de un solo Dios, caen mártires bajo la bandera de la República
Árabe Siria. Ésto es Dios.. y ésto es su Partido.
Source: Periódicos